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Reportaje:LA REFORMA DE LAS CARRERAS

Desconcierto en la Universidad

Alumnos y profesores de carreras humanistas y técnicas temen por el futuro de estos estudios

La Universidad española empieza a dar síntomas de desasosiego. El anuncio de que la reforma de las titulaciones para ajustarlas a Europa ya está en marcha y de que el futuro de algunos estudios superiores -como Historia del Arte, Humanidades, filologías e ingenierías-, es incierto ha puesto a la comunidad universitaria en pie. Decanos, profesores y estudiantes de estas facultades y escuelas temen que estos estudios puedan desaparecer o quedar incluidos en otras titulaciones. Nada es seguro todavía, pero el desconcierto reina en las aulas.

La declaración de Bolonia en 1999 marcó el pistoletazo de salida de la reconversión de las titulaciones. En ella, los países de la UE se comprometieron a crear un espacio europeo de educación superior. El objetivo era fomentar la movilidad entre titulados, alumnos y profesores. Que un estudiante pudiese comenzar una carrera en España, continuarla, por ejemplo, en alguna universidad italiana y finalizarla, por ejemplo, en Francia. De hecho, España no es la única; actualmente todos los países europeos se encuentran inmersos en la adaptación de su sistema educativo superior a la UE. Éste ha de ser una realidad antes de 2010.

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Con esta idea, el Consejo de Coordinación Universitaria -máximo órgano de supervisión de la educación superior española- creó cuatro subcomisiones (humanidades, enseñanzas técnicas, ciencias experimentales y de la salud y ciencias sociales y jurídicas) en otoño pasado. Su misión era esbozar una triple propuesta: ajustar las carreras a los requisitos del espacio universitario europeo, actualizarlas y flexibilizarlas. Estas subcomisiones están formadas por rectores, representantes de comunidades autónomas y personalidades de reconocido prestigio. Sus sugerencias están abiertas a cambios. De hecho, aún debe darles el visto bueno el Gobierno.

Primeras conclusiones

Pero las primeras conclusiones están ya listas. Aunque es provisional, la propuesta reduce casi a la mitad el catálogo de carreras: de las 140 actuales, a 77. Las subcomisiones de Humanidades y Enseñanzas Técnicas son las que han llevado a cabo las propuestas más drásticas. Una de las sugerencias apunta que Historia del Arte (con 15.321 estudiantes en el curso 2002-2003) quede integrada en la carrera de Historia, como una especialidad. Esta propuesta ha provocado una oleada de reacciones, con manifestaciones y recogida de firmas (más de 35.000 se han entregado en el Ministerio de Educación esta semana) a favor de estos estudios. Gloria, estudiante de 4º de esta carrera en la Complutense, resume el sentir de sus compañeros: "Un país como España, con el importantísimo patrimonio cultural que tiene, no puede permitirse el lujo de que su universidad no forme a profesionales especializados que se ocupen de él".

También los alumnos de Humanidades están alarmados. El Consejo de Universidades propone que esta carrera se suprima. Estos estudios empezaron a impartirse por primera vez hace doce años con una clara vocación generalista. La demanda por parte de los estudiantes no ha sido, sin embargo, la esperada, según reconocen los propios decanos de algunas facultades de Filosofía y Letras. Tampoco su carácter generalista ha contribuido a mejorar el empleo entre sus licenciados. El número total de alumnos que la estudian asciende a 9.811 (datos del curso 2002-2003). Aún así, los alumnos no creen que la escasa demanda y las dificultades a la hora de encontrar un puesto de trabajo deba determinar su existencia.

Otras de las carreras que serán modificadas serán las filologías. Actualmente se imparten 14 (Alemana, Árabe, Catalana, Clásica, Eslava, Francesa, Gallega, Hebrea, Hispánica, Inglesa, Italiana, Portuguesa, Románica y Vasca). Las filologías constituyen actualmente auténticas especies protegidas dentro de los estudios superiores; en algunos casos son ya casi especies únicas, ya que la demanda por parte de los alumnos es muy escasa. En el curso 2002-2003 las estudiaban 43.081 alumnos. Pero mientras que en la Inglesa había matriculados 19.208 y en Hispánicas, 13.666, en Hebrea había 84, y en Portuguesa, 202. La propuesta es que se reduzcan a cuatro más generales: Filología Clásica, Lengua Española y sus literaturas, Lenguas Modernas y sus literaturas y Lenguas Orientales y sus literaturas. Precisamente, uno de los objetivos declarados es promover que un mayor número de alumnos estudien lenguas, en vista de que son pocos quienes las eligen cuando se ofrecen solas.

Las salidas profesionales de las filologías también es dispar. La Inglesa es la más demanda: el 44% de las ofertas de empleo cualificado que solicitan filólogos se dirige a ellos; el 16%, a los de Francesa y el 10% a los de Hispánicas, según la consultora Círculo de Progreso.

En cuanto a las enseñanzas técnicas, la información que llega a las escuelas es todavía muy difusa. La subcomisión encargada de adaptar estos estudios al espacio europeo de educación superior ha propuesto poner fin a la dualidad entre técnicas y superiores y crear titulaciones de ingenierías de grado de cuatro años. Los alumnos esperan con ello que se supriman contenidos obsoletos de las actuales carreras que les eternizan en estos estudios.

Manifestación de estudiantes de Humanidades esta semana en Madrid.
Manifestación de estudiantes de Humanidades esta semana en Madrid.ULY MARTÍN

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