La Universidad de Comillas alojará un gran centro del español

El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, obtuvo ayer en La Moncloa el respaldo del Gobierno central a su proyecto cultural para la vieja Universidad Pontificia de Comillas. El edificio en ruinas será reformado y albergará un gran centro de estudios del español. El peculiar y expansivo Revilla, que se reunió con José Luis Rodríguez Zapatero durante dos horas, anunció el acuerdo y manifestó que Cantabria será "un punto de referencia para los mil millones de hispanohablantes del siglo XXI".

Fuentes de Presidencia confirmaron la "enorme sintonía y el clima muy agradable" que marcaron la reunión entre Zapatero y Revilla, miembro del Partido Regionalista de Cantabria que rige la comunidad cántabra gracias a los votos del PSOE.

Revilla compareció ante los periodistas henchido de orgullo y satisfacción, "no contento, sino feliz", por llevarse de vuelta a Santander "el pan debajo del brazo".

Con su estilo llano y directo, el presidente cántabro contó algunas generalidades sobre este futuro y aún indeterminado Instituto de Estudios Hispánicos que, dijo, suscita el "entusiasmo" del presidente Zapatero.

"Me ha prometido todo su apoyo y ya conocemos a Zapatero cuando promete algo", dijo Revilla, que calificó como "el proyecto del siglo" la recuperación del edificio modernista del arquitecto Joan Martorell, cuyas obras se iniciaron en 1883. El presidente cántabro definió la Universidad Pontificia como "una joya que fue la más prestigiosa fábrica de cardenales y obispos de los jesuitas, pero que tuvo que cerrar por la falta de vocaciones".

Revilla anunció que las obras -"que podrían costar en torno a 20.000 millones de pesetas" [120 millones de euros]- deben empezar el año que viene por el peligro de derrumbamiento, y adelantó que en agosto se formará un grupo de trabajo para tratar de dotar de contenidos y presupuesto a la idea.

El centro, situado en "el lugar donde nació el castellano hablado" y "al lado de una comunidad más que complicada en estos temas", dijo Revilla en referencia al País Vasco, será un "sitio emblemático para el español con capacidad para albergar a 450 alumnos residentes, que ofrecerá enseñanza reglada y título oficial". Para coordinarlo, añadió, se ha pensado en "una figura muy importante, con tiempo, capacidad y relaciones, aunque no estoy autorizado a revelar quién es".

Con retórica perediana, Revilla desgranó la privilegiada situación geográfica de Comillas -"decimos que Cantabria es infinita porque no se puede definir"-, y luego se atribuyó la victoria de la "utopía" frente a "los especuladores inmobiliarios que querían convertir esa hermosa finca de 70 hectáreas en un conglomerado de chalés". Revilla no descartó que se pueda estudiar la oferta de restauración que en su día hizo el arquitecto Ricardo Bofill, y sugirió el derribo "de un pegote que se construyó después del edificio original".

Un portavoz del Gobierno central confirmó que el apoyo "será completo, no sólo moral sino también económico", y que el deseo es dar vocación de permanencia al centro involucrando "al Gobierno central, al autonómico y a entidades privadas".