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Un largo y tortuoso retorno

El retorno Juan Carlos Izpisúa Belmonte va camino de concretarse por fin. Si las negociaciones cristalizan satisfactoriamente para todas las partes -el Ministerio de Sanidad, la Consejería catalana de Universidades e Investigación (DURSI) y el propio investigador-, en un plazo de "uno a tres años" Izpisúa dirigirá una unidad de investigación sobre células madre en Barcelona. La unidad, que complementa al futuro Banco Nacional de Líneas Celulares, cerraría el círculo previsto tras la reforma legal que autoriza a investigar con células madre procedentes de embriones.

Con esta decisión, alcanzada verbalmente el viernes, se pone fin a cuatro largos años de negociaciones de Izpisúa con distintos representantes de la comunidad científica española. En este tiempo, el investigador, que ha alcanzado proyección internacional por sus contribuciones a la biología del desarrollo, ha entablado conversaciones con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Pompeu Fabra y el Parque Científico de Barcelona (PCB). Con éste último llegó incluso a firmar un preacuerdo en 2001 que finalmente no llegó a buen fin, pese a que la oferta económica y de equipamientos, en palabras de Joan Massagué, asesor de la institución, era "inmejorable".

El retorno

Aunque todavía no hay nada definitivamente firmado, Andreu Mas Colell, titular del DURSI, entiende que esta vez se dan "las condiciones adecuadas" para reincorporar a Izpisúa al sistema español. "Llevamos cuatro años intentándolo", aseguró ayer el consejero en conversación telefónica. "El retorno de un investigador desde Estados Unidos a Europa, y en particular a España, suele ser muy complicado. Cualquier investigador quiere asegurarse de que podrá mantener el mismo nivel de actividad y que el nuevo entorno es el adecuado".

La unidad de investigación debería "replicar" la actividad que Izpisúa desarrolla actualmente en el Instituto Salk de San Diego en California. Ello implicaría el mantenimiento de sus líneas de investigación en un centro para el que inicialmente "no está previsto que sea de grandes dimensiones" y cuya puesta en marcha y mantenimiento sería costeado por el Ministerio de Sanidad y el DURSI. En cuanto a su ubicación, "no hay nada cerrado", aunque todo parece señalar que podría ser en el entorno del Parque de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Pompeu Fabra.

"De lo que se trata es de crear las condiciones para que vuelva", insistió el consejero catalán, "por el nivel de ambición que supone". En su opinión, el regreso de Izpisúa permitiría a España posicionarse "en el escenario internacional" de unas investigaciones que están llamadas a revolucionar la medicina y que en EE UU cuenta con una fuerte oposición de los grupos más conservadores. Asimismo, contribuiría a consolidar una "red de colaboraciones" que permitiría la incorporación de otras iniciativas como la impulsada por la Junta de Andalucía en este mismo ámbito, una opción que valoró como "una oportunidad para todas las partes".

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