La inseguridad fuerza a la ONU a retirar de Bagdad a todo su personal extranjero
EE UU señala al 'número dos' del régimen de Sadam Husein como jefe de la resistencia
La ONU decidió ayer retirar al resto de su personal extranjero en Bagdad por temor a nuevos ataques, tras el atentado suicida contra la Cruz Roja a principios de esta semana. Aunque no se trata de una evacuación oficial, Naciones Unidas deja de trabajar en la capital iraquí y reduce al mínimo su presencia en el norte del país. El secretario general, Kofi Annan, tomó la decisión, que supone un serio revés a los esfuerzos de reconstrucción de Washington, pese a las protestas del jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell. Por su parte, los servicios de inteligencia de EE UU creen conocer al organizador de los atentados: Izzat Ibrahim al Duri, número dos del régimen de Sadam Husein.
Es el tercer repliegue de la ONU desde el atentado del 19 de agosto en el que murieron 22 funcionarios y el representante especial de Annan, Sergio Vieira de Mello. Unas 15 personas permanecían en Bagdad como presencia simbólica. Ahora en la capital sólo quedará personal local, que se encarga de distribuir las raciones del programa petróleo por alimentos. Los diez funcionarios que trabajan en Erbil, al norte de Irak, permanecerán por ahora en sus puestos. El miércoles ya anunciaron la retirada de su pesonal extranjero las ONG Médicos Sin Fronteras y Cruz Roja.
En Nueva York se quitó hierro al asunto. "Hemos pedido a nuestro personal en Bagdad que vuelva temporalmente para discutir el futuro de las operaciones, sobre todo en el tema de seguridad", dijo una de las portavoces de la ONU, Marie Okabe, que subrayó que no se trata de una evacuación oficial.
Esta nueva retirada complica seriamente los planes de Washington, que había reservado un papel marginal a la ONU en la redacción de la Constitución y la celebración de elecciones. De esta forma, Annan, que, según la resolución aprobada hace dos semanas, puede reducir su personal si las condiciones de seguridad no mejoran, muestra su descontento al no haber recibido un mandato claro.
Los servicios de inteligencia de EE UU creen saber quién organiza los ataques en Irak: Izzat Ibrahim al Duri, número siete en la lista de ex altos cargos del régimen de Sadam Husein. Según los investigadores, Al Duri recluta gente dentro y fuera de Irak para perpetrar los ataques. Sadam Husein y él son los únicos altos cargos en la "baraja de malos" que aún no han sido capturados.
En una entrevista reciente en la NBC, el general Ricardo Sánchez, al mando de las tropas de ocupación, se mostró convencido de los vínculos entre "luchadores extranjeros y gente fiel al régimen anterior. Hay indicios de que pueden haber empezado a trabajar juntos". Al Duri tiene las conexiones familiares y políticas para ser ese vínculo entre los dos grupos.
Para seguir esa línea de investigación, el Pentágono intenta conseguir que buena parte de los agentes de inteligencia que todavía buscan las supuestas armas de destrucción masiva sean asignados a la búsqueda de los responsables de los ataques en Irak.
Recompensa
Al mismo tiempo, Washington ofrece desde esta semana una recompensa de 25 millones de dólares por el presunto miembro de Al Qaeda Abu Musab al Zarqawi. Los Gobiernos de EE UU y de sus aliados en la guerra insisten en que Al Zarqawi es el eslabón que une al grupo terrorista con el régimen de Sadam porque supuestamente recibió ayuda médica en Irak durante la guerra en Afganistán. Expertos en terrorismo ponen en duda ese vínculo no demostrado.
Mientras, el comité de Inteligencia del Senado, que investiga posibles exageraciones en los argumentos con los que se justificó la invasión, ha exigido al director de la CIA, George Tenet, la entrega inmediata de los documentos que contienen la información sobre la amenaza que supuestamente representaba el arsenal iraquí no encontrado hasta ahora. El comité ha fijado un ultimátum para la CIA que vence a las 18.00 de hoy (hora peninsular española), aunque los senadores tienen dudas sobre su propia capacidad para forzar la entrega de los documentos secretos.
Tenet había ofrecido al comité la comparecencia de uno de sus colaboradores para repasar a puerta cerrada los informes ya entregados. El comité considera que los informes hasta ahora no son los solicitados y que es el propio Tenet quien tiene que comparecer.
Un portavoz de la CIA lamentó que el comité haya filtrado el ultimátum a los medios de comunicación e insistió en que los documentos relevantes están entregados. En una carta enviada al comité, Tenet dice estar evaluando los informes reclamados para entregarlos "tan pronto como sea posible".
Por otro lado, el presidente George W. Bush estaba ayer al borde de un triunfo político. La comisión bicameral que debe aprobar los 87.000 millones de dólares para la ocupación y la reconstrucción de Irak anuló la cláusula aprobada en el Senado para convertir en créditos parte de las ayudas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.