Izzat Ibrahim, siempre fiel a Sadam

El hombre al que EE UU acusa de ser el cerebro que coordina la insurgencia iraquí es uno de los más fieles aliados de Sadam Husein. Participó en el golpe de Estado que en 1968 aupó al poder al dictador. Sólo él y el vicepresidente Taha Yasín Ramadán (ya detenido) sobrevivieron a las purgas del líder. A Izzat Ibrahim le ayudó su aparente falta de ambición, pero también su dureza con los opositores.

El pelirrojo Ibrahim era miembro del comité de la región Norte cuando en 1988 se perpetró la matanza de kurdos con gases venenosos. Tras la expulsión de Kuwait del Ejército iraquí en 1991, el considerado número dos de Sadam y hoy el segundo iraquí más buscado por EE UU supervisó los tribunales que reprimieron el levantamiento popular en el sur del país.

Con fama de astuto, salió vivo de un atentado en Kerbala en 1998. Al año siguiente escapó a una orden de detención por crímenes de guerra cuando recibía tratamiento en Viena. Al parecer, padece cáncer. Pero su enfermedad, sin confirmación oficial, no le impidió seguir como vicepresidente del Consejo de Mando de la Revolución (órgano supremo de poder), ni representar a Sadam en las cumbres árabes e islámicas desde 1991.

Nació en 1942 en Tikrit, como Sadam. Se ocupó del Norte en la última guerra, donde se le supone escondido por tener lazos familiares y tribales. Suní conservador, se le atribuye el giro religioso que el régimen dio en 1991 y vículos dentro y fuera del país con grupos integristas, en especial wahabíes.