_
_
_
_
Reportaje:

La naranja y el sexo

La Nau acoge la exposición 'Cítric desig', un repaso a la relación entre la fruta y el erotismo en el arte del siglo XX

Ignacio Zafra

Las similitudes entre la naranja y un pecho femenino, o entre la pulpa de la fruta y el sexo de una mujer son algunas de las propuestas recogidas en la exposición Cítric desig, que inauguró ayer la Universitat de València en la sede de La Nau. La muestra, articulada en seis módulos -literatura, publicidad, pintura, fotografía, cómic y cine- recorre la sugerente relación entre la fruta y el erotismo en el arte del siglo XX, desde la obra Entre naranjos (1900) de Vicente Blasco Ibáñez, a secuencias de la película Son de mar (2001), de Bigas Luna.

La exposición se exhibirá hasta septiembre en la Sala Thesaurus, pintada de naranja para la ocasión. Comienza con distintas ediciones de Entre Naranjos, para seguir con una muestra de los carteles publicitarios de las marcas naranjeras de la primera mitad del siglo pasado. En ellos se muestra la utilización del cuerpo femenino como reclamo publicitario, desde la insinuación recatada de los años veinte a la provocación abierta de los cincuenta.

"La mujer se muestra arquetípica, y oscila entre la femme fatal de marcas como Gala o Flirt y la Lolita de Glamour o Juliette", explica Sofía Barrón, comisaria de la muestra junto a Judith Navarro. La idea de realizar la exposición se les ocurrió a estas dos licenciadas en Historia del Arte a raíz de las etiquetas comerciales conservadas en el Museo de la Naranja de Borriana.

En el módulo pictórico se recogen unas 20 obras entre las que se cuentan varias del Equipo Límite, de estilo neo-pop, otras del artista soriano Dis Berlín, y también de Antonio de Felipe, que ha pintado los cuadros específicamente para la exposición. El valenciano De Felipe hace una versión de La carta, de Fernando Botero, en la que introduce, junto a la característica mujer generosa del pintor colombiano, el muñeco de Michelín. Pero entre sus obras expuestas destaca Disfruta la fruta, en la que una sugerente Sara Montiel se dispone a devorar a Naranjito, la mítica mascota del Mundial de Fútbol España 82.

"El gesto es explícitamente erótico, y el fruto queda personalizado en la forma masculina de Naranjito. La obra juega con la figura de Sara Montiel como devoradora de hombres", afirma Judith Navarro.

Una de las partes más transgresoras de la exposición es la fotográfica. En Interioritats, de Enric Pàmies, el autor presenta las similitudes entre el interior de una naranja y el sexo femenino, mientras Eva Dueñas compara en Me haces sentir tan ácida la textura de la fruta con el seno excitado de una mujer.

En el centro de la sala, dentro de una estructura circular que recuerda a una naranja, puede verse la parte dedicada al cómic. Aquí la sexualidad es evidente, tanto en las formas de los personajes como en sus gestos. La protagonista de la sección es Fallarela, una superheroína creada por Carles Recio en 2001 y cuyos superpoderes incluyen el lanzamiento de naranjas flamígeras. Junto a ella se exhiben bocetos y dibujos de otros autores como Paco Zarco.

El módulo audiovisual consiste en lo que las comisarias describen como un videoclip, en el que se entremezclan, al ritmo del rap de la Mala Rodríguez Yo marco el minuto, fragmentos de cinco películas.

La más antigua es The Torrent (1926), de Monta Bell, adaptación de Entre naranjos protagonizada por Greta Garbo. "Aunque cargada de sensualidad, la película sólo sugiere el sexo, mostrando, por ejemplo, la embriaguez que provoca el aroma del azahar. Nada que ver con la más moderna que es Son de Mar, de Bigas Luna, donde el sexo es muy explícito", dice Navarro.

El resto de filmes son Persecución hasta Valencia (1968), de Julio Coll, Kika (1993), de Pedro Almodóvar, y Celos (1999), de Vicente Aranda. Todas ellas tienen en común el papel que juega la naranja en los diversos juegos eróticos entre los protagonistas.

El vicerrector de Cultura de la Universitat, Rafael Gil, destaca que la muestra plantea una mirada inédita hacia "un símbolo tan valenciano como es la naranja, concretamente hacia su componente sensual". Reconoce también que la exposición puede generar polémica, pero "la polémica, si sirve para hacer pensar, es buena", afirma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_