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Y se hizo la luz, aunque sea poquita

Dos ONG españolas promueven en Bolivia y Tanzania métodos alternativos para producir energía

Unos 1.600 millones de personas (una cuarta parte de la población mundial) carece de acceso a la electricidad. El 80% vive en zonas rurales de países en vías de desarrollo. Dos ONG españolas han decidido promover métodos alternativos, baratos y ecológicos de obtención de energía en estas regiones. El objetivo principal es proporcionar luz a estas comunidades. Ayuda en Acción se ha centrado en el uso de placas solares en una pequeña comunidad de Bolivia e Intermón-Oxfam, en plantas de biogás en un pueblo de Tanzania.

Bolivia
Paneles solares

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Espigapampa es una pequeña comunidad boliviana, a 3.600 metros de altitud. La distancia hasta La Paz es de 160 kilómetros, o lo que es lo mismo, unas siete horas en todoterreno. Los habitantes de esta pequeña comunidad solicitaron hace cinco años unos paneles solares a un trabajador de Ayuda en Acción de la zona.

Kattya Cascante, oficial de proyectos de esta organización, asegura que estas comunidades están al día de todo, porque escuchan mucho la radio y porque cada vez hay menos gente analfabeta. Por ello tenían conocimiento de la existencia de los paneles solares que les han cambiado la vida. Al recibir esta petición, Ayuda en Acción se puso en marcha. Otorgó un crédito a las familias interesadas y compraron 40 placas. El precio de cada una es de 500 euros. Miden un metro y medio por un metro. Proporcionan luz para dos bombillas de 25 watios durante 24 horas y electricidad suficiente para tener conectada una radio. La presencia del sol es imprescindible. Afortunadamente, no les suele faltar.

La organización da dos años para que el dinero sea devuelto. En el caso de que haya malas cosechas se alarga el plazo de devolución. Todas las familias se implicaron mucho en el proyecto. Estaban muy interesadas en que sus hijos tuviesen luz para hacer los deberes, comenta Cascante.

Tanzania
Plantas de biogás

Caca de vaca, oveja e incluso de cerdo mezclada con agua proporcionan gas a los habitantes de Dodoma (Tanzania). Esta región situada a 1.100 metros de altitud es una de las más pobres del país. La renta per cápita anual no supera los 130 dólares. Se caracteriza por su sequía y por su deforestación. Intermon-Oxfam decidió tras un estudio de viabilidad intervenir en la región para mejorar la situación de los habitantes de las comunidades. La organización creyó necesario frenar la feroz deforestación, y para ello pusieron en marcha, con el compromiso de los habitantes de la región, una técnica muy peculiar de conseguir energía.

El método es sencillo y efectivo. Para abastecer de luz y gas suficiente para cena para una familia de 6 o 7 personas se necesita las heces de una vaca y de dos ovejas. Estas se diluyen con agua en un pozo cerrado realizado con ladrillos y recubierto de cemento. A una temperatura de 25 grados se produce una fermentación que genera gas metano. Las plantas están situadas a cinco o seis metros de la casa y el gas llega a los hogares mediante tuberías. Por ahora se han construido unas 600 plantas de biogás con la colaboración de Intermón-Oxfam, que benefician a unas 3.200 personas.

La asociación paga la mitad de la obra y el resto lo ponen las familias. El coste total de cada una es de 400 euros. Francesc Mateu, responsable de evaluación y aprendizaje de la organización, asegura que el principal objetivo es enseñar a las familias a construir estas plantas de biogás y equiparles de herramientas para que puedan repararlas. 'Nos gustaría que una vez finalizado el proyecto hubiese un 10% de plantas en la zona que se hayan hecho sin nuestra colaboración', comenta Mateu.

Los beneficios de este sistema son numerosos. Aparte de que se acortan los tiempos de cocción, se ahorra en general unas 1.000 toneladas métricas de leña al año. Las mujeres ganan tiempo: antes eran ellas las encargadas de ir a buscar la leña tres veces a la semana. Cargaban 25 kilos y andaban unos 15 kilómetros. También se produce un ahorro en carbón y queroseno.

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