Uribe logra un amplio apoyo para el estado de excepción
'Las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia], en suma, tienen lo que quieren. Raramente un presidente colombiano había gozado de un apoyo tan unánime para enfrentarlas', dice, en su editorial de ayer el diario El Tiempo. Sólo pocas voces, entre ellas de centrales obreras, se escucharon contra la declaración de 'conmoción interior', impuesta por el Gobierno.
Se anuncian nuevas medidas al amparo de este estado de excepción, que permite al Ejecutivo legislar. La telefonía móvil, será controlada. Se trata de crear mecanismos para que los operadores de estos sistemas entreguen con rapidez a los organismos de seguridad información sobre los usuarios y localización de llamadas. 'La interceptación debe tener un debido proceso', aclaró el ministro de Interior y Justicia, Fernando Londoño, que agregó: 'No podemos en cada caso irnos por los formalismos, mientras la criminalidad no le pide permiso a nadie para delinquir'. Muchos de los secuestros que se realizan en el país -al menos 3.000 al año-, se coordinan y negocian a través de estos aparatos.
Quebrar la estructura financiera de los grupos ilegales, es otro de los objetivos. Se acelerarán procesos de extinción de dominio de bienes y el control a cuentas bancarias. Ya se vivió una amarga experiencia en este campo. En los últimos dos años, el Estado se vio obligado a devolver 800 propiedades confiscadas a narcotraficantes y a pagar más de 5.000 millones de pesos (unos dos millones de euros), en concepto de alquiler. El nuevo Gobierno pretende revisar la ley y evitar que se repita el error.
En los próximos días se esperan normas que limiten la libre circulación de personas y vehículos. No es algo nuevo. Desde hace meses, por la carretera que une Bogotá con Medellín está prohibido circular de noche. Guerrilleros y paramilitares la convirtieron en campo de combate.
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