La sanidad valenciana afronta impotente la cuarta legionelosis en Alcoy
La enfermedad ha dejado desde 1999 un saldo de 10 muertos y 150 afectados
La ciudad alicantina de Alcoy se ha convertido, ante la impotencia de la Generalitat valenciana, en capital española de la legionela. La semana pasada se registraron siete enfermos, en el cuarto brote de esa bacteria. Desde otoño de 1999 van más de 150 pacientes afectados y una decena de fallecidos. Alcoy es un caso excepcional entre otras ciudades españolas que se han visto afectadas por brotes, quizá puntualmente más fuertes, pero que se han erradicado definitivamente. Pero en Alcoy las autoridades sanitarias siguen sin encontrar el foco de la enfermedad.
La semana pasada, tras 19 meses de tregua, la Legionella pneumophila volvió a aparecer en los pulmones de siete enfermos y en los equipos de refrigeración de varias empresas. La persistencia de la enfermedad, muestra, para los socialistas, la 'incapacidad' del PP para erradicar la bacteria. El PSPV-PSOE ya ha pedido la dimisión del consejero de Sanidad, Serafín Castellano. Y los afectados de Alcoy han solicitado al juez que actúe de oficio para depurar responsabilidades.
Aunque el último brote coincide en el tiempo con otro en Segorbe (Castellón), que ya ha causado seis enfermos, es Alcoy la que está en el disparadero. De nada ha servido el despliegue de las autoridades sanitarias, que han cerrado decenas de torres de refrigeración y han efectuado cientos de análisis.
Decreto
Ante la gravedad de la situación, la Generalitat llegó a aprobar un decreto para atajar la enfermedad, pero eso tampoco ha evitado otra visita de la bacteria. Además de establecer un censo de instalaciones y ordenar inspecciones y desinfecciones periódicas, el decreto señala directamente a los propietarios de las instalaciones de refrigeración como responsables últimos, en caso de falta de cumplimiento de los requisitos de limpieza y vigilancia de los equipos si se registra legionela. Incluso la legislación valenciana prevé multas de hasta 600.000 euros y el cierre definitivo de instalaciones si la infracción llega a ser muy grave. Para casos más leves, con multas menores, los ayuntamientos están habilitados para imponer la sanción.
Antes del primer brote en Alcoy, que se inició en otoño de 1999, había que remontarse casi dos décadas para encontrar en la Comunidad Valenciana un episodio tan grave: fue en la pequeña localidad de Llutxent (Valencia) y se saldó con 26 enfermos y seis defunciones.
El primer brote de Alcoy, con al menos cuatro focos localizados, afectó a 36 personas. Sanidad sólo reconoció un fallecido, según la tesis de contabilizar sólo a las personas cuya causa de muerte sea directamente la bacteria, excluyendo las infectadas que mueren oficialmente por otras enfermedades. Pero un informe del Instituto de Salud Carlos III elevó a tres las muertes. El segundo brote, en el verano de 2000, enfermó a una veintena de personas. El tercero fue inmediato: entre septiembre y diciembre, y afectó a 97 personas. La Consejería de Sanidad siempre ha admitido la existencia de más infecciones entre brote y brote, pero las asocia a la prevalencia natural y esporádica de la enfermedad.
En el brote actual, el Ayuntamiento anunció el viernes pasado que había localizado la bacteria en cuatro aparatos de aire acondicionado de una empresa de tintes, que habían sido inspeccionados periódicamente con resultados negativos. Los equipos de refrigeración, al no estar registrados ni inspeccionados, son ilegales para Sanidad, lo que implicará una sanción. Pero luego los resultados dieron negativos.
No se descartan nuevos casos, por el periodo de incubación de la enfermedad.
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