La represión violenta de las protestas debilita aún más a Duhalde en Argentina
Miles de personas protestan en Buenos Aires contra la actuación de la policía
Los sangrientos sucesos ocurridos el miércoles en Buenos Aires, que costaron dos muertos y un centenar de heridos, han asestado un duro golpe al debilitado Gobierno de Eduardo Duhalde. De la forma más trágica, se ha esfumado el que podía considerarse único logro de sus meses de gestión: la pacificación del país en medio de la conflictividad social. El presidente ha optado por reducir las primeras muertes de su mandato a un tema de orden estrictamente policial. Para ello ordenó a los jefes de Seguridad dar las explicaciones oportunas, que responsabilizan exclusivamente a los manifestantes, que replican que los disparos partieron de la policía. Miles de personas se congregaron anoche en Buenos Aires para protestar contra la violencia policial.
La versión que asegura que había infiltrados en las filas de los piqueteros no es descartable, pero es difícil de demostrar. "El Gobierno tiene elementos para presuponer que estamos ante un plan de lucha concertado", dijo Jorge Matzkin, ministro del Interior. Es cierto que se trata de un movimiento muy amplio y muy disgregado, donde conviven organizaciones de distinto signo. De lo ocurrido se deduce que el Gobierno ha optado por una estrategia de desprestigio de un movimiento cuya razón de ser no se debe a otras circunstancias más que el desempleo y el hambre, en un país que ha experimentado una caída del 18% del PIB en los primeros tres meses del año y en el que más del 40% de la población no tiene trabajo.
Una organización suburbial y asamblearia
'Nosotros siempre hemos cortado el puente de Pueyrredón', dice Claudio Mardones, portavoz de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, principal artífice de la convocatoria de la jornada de protesta del miércoles. La organización nació hace cuatro años en la periferia conocida como Conurbano Bonaerense. Sus miembros se agrupan por barrios y no tienen dirigentes, ya que todas las decisiones se toman en asamblea. Unas 10.000 personas están integradas en esta coordinadora. 'No respondemos a ninguna estructura sindical ni a ningún partido político, a diferencia de otras organizaciones piqueteras', señala Mardones. 'El Gobierno ha desconocido durante los últimos ocho meses todas nuestras reclamaciones', añade. Piden, entre otras cosas, un aumento de los subsidios a los desocupados, que tras la devaluación del peso y la escalada del dólar 'apenas sirven para cubrir las necesidades de seis días en un mes', afirma Mardones: 'En el Conurbano la situación es muy grave, por los casos de pobreza. Allí el Estado no existe'.
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