El presidente argentino culpa a la policía de haber cometido una "atroz cacería"

El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, ha culpado a la policía del sangriento desenlace de las protestas del miércoles, que se saldaron con dos dos muertos y un centenar de heridos. En sus primeras declaraciones tras los disturbios, Duhalde admitió que "nuevamente, quienes deben custodiar el orden son los que han llevado a cabo una atroz cacería".

Las palabras de Duhalde muestran un cambio en la actitud del Gobierno, que en un primer momento sostuvo que los incidentes habían sido organizados por los propios piqueteros, y que algunos de los grupos, que participaron de la revuelta, reivindicaban la lucha armada.

El pasado miércoles, dos piqueteros (parados) murieron en los enfrentamientos que mantuvo con la Policía un grupo de personas que protestaban en el distrito bonaerense de Avellaneda contra la política económica del Gobierno. El oscurantismo inicial alimentó las controversias sobre lo ocurrido, pero después de que los principales periódicos argentinos publicaran ayer una serie de fotografías que revelan la forma en que murió uno de los manifestantes, el jefe policial Alfredo Franchiotti, encargado del operativo de seguridad, ha sido acusado por el fiscal de haber causado una de las muertes.

Duhalde reiteró la "voluntad del Gobierno de esclarecer cuanto antes" los hechos, y sostuvo que "aparentemente algunas cosas ya se están aclarando". Y añadió: "Una democracia no tolera que acontecimientos como éstos puedan ser cubiertos por la impunidad".

Arresto preventivo

El comisario Alfredo Franchiotti, acusado formalmente por el fiscal Juan José González de la muerte del piquetero Darío Santillán, ha sido suspendido de sus funciones hasta que se aclare su responsabilidad en los incidentes y se encuentra bajo arresto preventivo. Según informó González, también fue acusado y está bajo arresto preventivo el oficial principal Carlos Jesús Quevedo; mientras que otros 110 policías, que también intervinieron en la represión de los manifestantes, han sido suspendidos provisionalmente.

Las fotografías publicadas por los cuatro principales diarios argentinos revelan cómo murió Santillán en el mismo lugar donde también fue asesinado Maxilimiano Costequi. En las imágenes se ve a Santillán auxiliando a Costequi, hasta que aparece el comisario Franchiotti con un arma en la mano. Instantes después, Santillán yace en un charco de sangre.

Ambas muertes, según han revelado las autopsias, fueron provocadas por heridas de bala, pese a que Franchiotti aseguró en conferencia de prensa que todos sus hombres habían utilizado pelotas de goma.