Argentina espera lograr un acuerdo con el FMI 'en cuatro semanas'

El Gobierno argentino espera llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a más tardar 'en cuatro semanas'. El presidente, Eduardo Duhalde, estimó ese plazo para reanudar la asistencia financiera de los organismos multilaterales de crédito, suspendida desde el pasado agosto. 'Lo que buscamos, desesperadamente, es terminar la reinserción en la comunidad de naciones del mundo', añadió Duhalde.

La reforma y derogación de las leyes objetadas -de quiebras y de subversión económica- y la firma de los pactos con las provincias para reducir el déficit fiscal un 60%, que se completaría esta semana después de que el pasado viernes aceptara suscribirlos el gobernador de Buenos Aires, satisfacen los reclamos públicos del FMI, pero no los privados. 'Hay un trasfondo político en todo esto que parece una discusión sobre medidas económicas; nunca confiaron en el Gobierno de Duhalde. Vamos a ver con qué salen ahora, hasta que no se firme...', dudaba ayer un alto cargo del Gobierno consultado por este periódico.

La relación del Ejecutivo argentino con los directivos del FMI es tensa y la desconfianza es mutua. Ambas partes se acusan por los compromisos incumplidos y los planes fracasados. Los analistas estiman que el único acuerdo posible hasta después de las elecciones generales -previstas ahora para marzo, aunque Duhalde confía en llegar a septiembre de 2003- será sin aporte de dinero fresco, sólo postergando vencimientos del pago de intereses para evitar que Argentina quede también en suspensión de pagos con el Fondo y pueda recibir las cuotas prometidas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y otros créditos menores.

Solución en Buenos Aires

El Fondo aceptó que el gobernador de Buenos Aires rebajara del 60% al 50% la reducción de deuda. El déficit de la principal provincia argentina, que incluye al Gran Buenos Aires, donde viven más de tres millones de indigentes, fue en 2001 de 3.100 millones de dólares (3.317 millones de euros), la mitad del país. El FMI prometió financiar los pasivos provinciales con un crédito de 700 millones de dólares si los gobernadores dejaban de emitir papeles pintados que funcionan como monedas y de los que circulan 5.000 millones equivalentes a pesos. El gobernador de Buenos Aires dijo que tendrá que seguir imprimiéndolos.

La decisión de los ahorradores que tienen sus depósitos confiscados por los bancos, a los que el Gobierno ofrece desde hoy la opción voluntaria de canjear el dinero por títulos de deuda, puede apurar o demorar el acuerdo. Los técnicos del FMI coinciden con los banqueros en que el Plan Bonos debía ser aplicado de forma obligatoria. Si los afectados no optan ahora masivamente por los bonos, el problema puede agravarse, después de que la semana pasada se produjeran ataques contra algunas sucursales bancarias.

La furia de los ahorradores aumenta cada día. Los banqueros reclaman a su vez una compensación de 12.000 millones de dólares por las pérdidas que les provocó la pesificación obligatoria a 1,4 pesos por dólar de los depósitos y advierten de que no podrán devolver el dinero a los ahorradores que no opten por los bonos.