Argentina acusa al FMI de tergiversar la opinión de la banca para retrasar el pacto

El esperado, deseado y reclamado acuerdo que el Gobierno argentino pretende alcanzar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la visa que le permitiría recibir nuevamente las cuotas suspendidas de créditos ya otorgados o la ayuda de países europeos, no podrá firmarse a finales de junio, como se anunció, sino que se demorará al menos hasta mediados de julio. Mientras, Argentina ha presentado una queja ante el FMI en la que acusa al jefe de la misión que audita las cuentas del país de tergiversar la posición de los bancos sobre el plan para salir del corralito financiero.

Las negociaciones para reanudar la ayuda internacional que el país en crisis necesita se prolongarán más de lo esperado, según admitió el director general del FMI, Horst Köhler. Al menos hasta julio. El día 17 de ese mes finaliza el plazo de 30 días bancarios que comienza el próximo lunes para que los ahorradores decidan si desean cambiar el dinero que depositaron en los bancos por títulos de deuda a pagar dentro de cinco o diez años, según el caso, con la garantía de un Estado que precisamente se encuentra en suspensión de pagos.

Del éxito o el fracaso de este llamado Plan Bonos depende en gran parte el tramo final de la negociación entre Argentina y el FMI. Según el presidente Eduardo Duhalde, el Gobierno ha cumplido 'con todas las precondiciones pactadas'. Pero Köhler dijo, en una entrevista a la agencia Reuters, que aunque se han hecho progresos es necesario estudiar el terreno: 'El progreso demostrado es suficiente para que enviemos una misión para preparar las negociaciones'.

El envío de ese equipo de técnicos se anunciará la próxima semana. Esa misión revisará los pactos fiscales con las provincias, controlará el desarrollo del Plan Bonos y recogerá la documentación para que luego el auditor jefe, Anoop Singh, prepare las bases del acuerdo. Para Köhler, el problema argentino no se trata sólo de dinero: 'Hablar de números antes de hablar de políticas es siempre un error. Cuanto más convincente sea el acuerdo que logren como sociedad para poner en práctica un programa extensivo de reformas, más útil resultará la ayuda del exterior'.

El pasado martes por la noche, el representante argentino ante el FMI, Guillermo Zoccali, presentó una carta de queja en la que se acusaba a Anoop Singh de poner 'en situación de riesgo' la negociación. El Gobierno argentino sostiene que, en una reunión del directorio, el auditor jefe destacó una supuesta oposición de la Asociación de Bancos Argentinos al Plan Bonos. La cámara que representa a los bancos privados desmintió que haya enviado una carta al FMI, aunque no negó la resistencia del sector a que se ofreciera una opción voluntaria a los ahorradores en el Plan Bonos.

Pero no hace falta una carta para que el FMI sepa qué piensan los bancos. Éstos coinciden con el FMI en que el Gobierno debió imponer de forma compulsiva el canje de títulos por dinero antes de iniciar la reforma del sistema financiero. Por su parte, los ahorradores han manifestado desde el principio su rechazo el plan. La estrategia del Gobierno consiste en 'ir dando pasos', según el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, para salir del corralito financiero que sofoca a la economía argentina, y el plan 'es un primer paso'.

El Plan Bonos no es la única dificultad. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, admitió que el FMI tampoco aprueba el traspaso al Código Penal de varios artículos de la derogada Ley de Subversión Económica, el instrumento legal con el que los jueces podían procesar a los bancos. El presidente del Banco Central, Mario Blejer, que también se opuso a la opción voluntaria del Plan Bonos, ha confirmado que renunciará a su cargo cuando se firme la carta de intención con el FMI.