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Margarita Salas entra en la Academia para 'ayudar a traducir la ciencia al español'

La bióloga es la tercera mujer presente en la RAE, junto a Ana María Matute y Carmen Iglesias

El paisaje cotidiano de Margarita Salas lo conforman una pequeña sala repleta de carpetas, una pizarra con fórmulas imposibles para un lego en la materia y un laboratorio en el que dirige a 18 colaboradores. Este microcosmos tan particular lo tendrá que compaginar a partir de ahora con el sillón i en la Real Academia Española (RAE). Ayer se votaba su candidatura y ganó la votación ampliamente: de 22 académicos presentes votaron a su favor 18 y cuatro en blanco. Salas, acostumbrada a los premios y a la popularidad, es la tercera mujer en la RAE, junto a Ana María Matute y Carmen Iglesias, que está pendiente de leer el discurso de ingreso. 'La misión de un científico es ayudar a traducir al español la ciencia, porque el problema es que ésta se inventa en inglés'.

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Margarita Salas (Canero, Asturias, 1938) no estaba ayer especialmente nerviosa. Esta mujer cuyo aspecto delicado esconde una gran decisión procura tomarse las cosas 'como vienen'. Lo confesaba horas antes desde el sitio que ha ocupado durante media vida, el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (de quien la bióloga fue discípula), en la Universidad Autónoma de Madrid. Salvo sorpresas, no tenía por qué estar preocupada. Su antiguo profesor y amigo Ángel Martín Municio, Antonio Colino y Valentín García Yebra la propusieron para ocupar el sillón que dejó vacante el poeta José García Nieto, fallecido en febrero de este año.

Salas reconocía que la elección de una científica como miembro de la RAE puede sonar raro, pero, por otra parte, está acostumbrada a 'ser noticia'. Es la primera y la única mujer de la Academia de Ciencias, en donde ingresó en 1988; preside en Instituto de España desde 1995 y recibió el Premio Nacional de Investigación en 1999. 'Pienso que los científicos tenemos una misión importante en la Academia, que es solucionar los problemas relacionados con el vocabulario científico, definir esa terminología. La ciencia avanza a pasos agigantados sobre todo en el mundo de la biología molecular donde yo me muevo. Y cuando se habla del genoma humano o de la clonación es importante que la sociedad tenga acceso a esos conocimientos, el mundo está muy interesado en ello pero si no se entiende...'.

En los medios de comunicación, ¿se cometen muchos atropellos? 'Se ha avanzado mucho en cómo se escribe la ciencia. Hace años sí era un auténtico atropello, pero cada día se afina más y se escribe adecuadamente sobre temas científicos, incluso cada vez hay más peridostas especializados. Pero también creo que es una misión nuestra poner un granito de arena en la difusión de la ciencia'.

Salas reconoce que el mundo científico no se ha prodigado mucho. 'Tradicionalmente hemos estado alejados de la sociedad y creo que tenemos que poner de nuestra parte. No sólo es estar en el laboratorio haciendo ciencia profunda sino que tenemos que salir y procurar hacer hablar a la ciencia'.

El último libro que ha leído Margarita Salas en el poco tiempo que le deja un trabajo 'sin horario' es la novela de Rosa Regás La canción de Dorotea. Pero esta bióloga, acostumbrada a invertir muchas horas escribiendo de lo suyo, y ahora que se va a sentar a menudo junto a escritores, precisa que nunca ha tenido pretensiones literarias. 'No soy ni siquiera escritora aficionada. Pero admiro mucho a los escritores. El padre de la genética molecular, Max Delbruck, dijo algo con lo que estoy muy de acuerdo: 'Si uno no tiene dotes suficientes para ser un artista ¿qué otra cosa puede ser que un científico?'. Vestida con una bata blanca, esta atenta mujer de mirada firme añade que para ser científico se necesitan dos cualidades: ilusión y capacidad de trabajo. 'No voy a negar que el científico en muchas ocasiones es un creador, pero para ser artista se necesitan unas dotes excepcionales que yo no tengo'.

Sonríe cuando habla de la admiración que siente hacia la creación artística (es buena aficionada al cine) y cuando piensa en los ratos que pasará en la Academia. 'Es un gran honor para mí que ni siquiera había soñado. Pero también es un reto y una gran responsabilidad. De cualquier forma, me voy a encontrar entre amigos'.

Margarita Salas, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid.
Margarita Salas, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ
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