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La industria cultural en pleno se rebela contra la piratería y exige leyes más severas

Autores y productores cifran el 'robo de las mafias' en 130.000 millones de pesetas al año

Ante la cercanía de la Navidad, harta de denunciar el aumento de la piratería y de ver cómo la sociedad y los políticos la consideran más un asunto de picaresca que un delito, la gente del ocio y la cultura ha unido por primera vez su voz para decir basta a un negocio que, según calcula, genera 130.000 millones de pesetas al año. La Mesa Antipiratería se constituyó ayer en Madrid y exigió leyes más duras y más policía contra 'la mafia de la piratería', a la vez que pedía al público que no consuma productos ilegales. 'El que compra también delinque', dijo Juan Luis Galiardo.

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¿Quién no ha comprado un disco pirata a un inmigrante en la calle? ¿Quién no ha usado alguna vez un programa de software ilegal? Para que la respuesta a estas preguntas sea 'nadie', la Mesa Antipiratería, que se creó el 27 de septiembre, echó a andar ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Participan 18 empresas, asociaciones y entidades de gestión que representan al 98% de los artistas que hay en España y a la gran mayoría de trabajadores de la industria del ocio y la cultura: hay 64 productores musicales; 9.000 artistas, intérpretes y ejecutantes; 308 agentes y representantes; 20 empresas de distribución de soportes (grandes superficies, comercios y compañías informáticas); 3.796 autores de textos y 798 editoriales; 1.500 librerías y 8.000 empleados; 66.000 socios de SGAE y 750 editores musicales; televisiones de pago, fabricantes de soportes...

La lucha contra la piratería da un enorme salto cualitativo en España con esta iniciativa. Se acaba la vieja división entre autores, intérpretes, productores, editores, representantes y distribuidores y se abre una nueva etapa. Cierre de filas, unidad y organización, todo teñido de un nuevo tono combativo, casi apocalíptico, que da idea de la fuerza del enemigo a batir.

El primer objetivo es concienciar a la sociedad para que disminuya la tolerancia (y la colaboración) hacia el fraude. La idea la resumió así Juan Luis Galiardo, actor y productor, que ejerció de presentador y líder: 'La piratería no es una chiquillada de tramposos simpáticos o pícaros, sino un delito de mayor cuantía que causa efectos devastadores en la cultura, la economía y el futuro. Debe ser perseguido con todos los medios posibles'.

La Mesa define la piratería como un negocio multinacional, una verdadera industria paralela que mueve ingentes recursos económicos, humanos y tecnológicos: 'Son redes de delincuencia organizada conectadas con las mafias de la droga y la venta de armas'.

Momento crítico

Otra idea básica: el fraude afecta por igual a 'los artistas consagrados que a los que empiezan, que llegan a perder el 30% de los ingresos de sus obras de creación'. Las pérdidas totales se cuantifican en unos 130.000 millones de pesetas anuales.

Se trata de combatir 'un cáncer tan peligroso como desconocido', dijo Galiardo en nombre de la Mesa. Un tumor que amenaza metástasis: 'Crece mes a mes, destruye puestos de trabajo, cierra tiendas y fábricas, vulnera las leyes de Propiedad Intelectual y los derechos de autor, roba el dinero de los empresarios y los artistas, y afecta sobre todo a los trabajadores de los eslabones más débiles de la cadena: los trabajadores no cualificados y los que desempeñan su primer empleo'.

Las mantas llenas de discos ilegales poblando las calles de las ciudades (datos no oficiales hablan de 1.500 vendedores y 300.000 discos a la venta) son probablemente el efecto más vistoso de la acción de los piratas. Las redes del sector discográfico, según denunció Carlos Grande, gerente de la Asociación Fonográfica y Videográfica de España (AFYVE), 'han llevado a la industria musical al momento más crítico de su historia'. Proceden, dijo Grande, de países como India, Bangladesh, China, Senegal, Marruecos y España. Miguel Ríos las llama el 'top manta', y advierte de que los vendedores son otras víctimas de las mafias: 'Ganan 20 pesetas por CD y deben responder de la mercancía ante las redes si se la requisa las fuerzas de seguridad'.

Según Miguel Gil, directivo del Grupo PRISA, la policía y la Guardia Civil están actuando 'sin descanso' contra la venta ambulante (ayer fueron detenidas en Valencia 10 personas con 20.000 compactos ilegales) y, a pesar de ello, añade Gil, la situación está 'desbordada'. El presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Juan Mollá, contó que se ha reunido con responsables políticos y policiales para pedir más eficacia. Se aspira a un cuerpo específico antipiratería. El editor Josep Lluis Monreal exige 'la concienciación de los jueces para que se utilice el Código Penal'.

Grupos, autores y artistas como Mojinos Escozíos, Juan Carmona (de Ketama), Miguel Ríos, Ramoncín, Luis Eduardo Aute, La Unión, Maíta Vende Cá, Hijas del Sol, El Fary, Rosa Regàs, Luis Mendo, Antonio García Asensio y Antonio García Abril dieron su apoyo a la iniciativa.

Miguel Ríos y el guitarrista Juan Carmona pidieron también la rebaja del precio de los discos y la bajada del IVA al nivel del de los libros (del 16% al 4%). 'Nos están robando', les respondió Carlos Grande, gerente de Afyve: 'Nunca ha habido tanta música en venta y nunca se ha pagado tan poco por acceder a ella'.

Y El Fary dejó un eslogan para la lucha futura: 'Nos están haciendo un boquete. Mentalicen a la gente de que no podemos dar de comer a los mafiosos y matar de hambre a los artistas'.

De izquierda a derecha, Carlos Grande, gerente de Afyve; Juan Mollá, presidente de CEDRO; Miguel Ríos, Juan Luis Galiardo y Rosa Regàs, en Madrid.
De izquierda a derecha, Carlos Grande, gerente de Afyve; Juan Mollá, presidente de CEDRO; Miguel Ríos, Juan Luis Galiardo y Rosa Regàs, en Madrid.GORKA LEJARCEGI

Nadie se libra del fraude

El fraude ataca por igual a todos los campos de la cultura y el ocio. Nadie se libra. Según los datos presentados ayer, las copias ilegales en música representan entre un 15% y un 20% de las ventas legales (62 millones de copias legales el año pasado, unos 12 millones de ilegales). Según la Mesa Antipiratería, eso genera unas pérdidas de 15.000 millones de pesetas, un fraude fiscal de 3.000 millones y pérdidas en derechos de autor de 1.200 millones de pesetas.

En el sector editorial, el fraude por derechos de autor asciende a 3.000 millones de pesetas, y las pérdidas, a 45.000 millones, la mayor parte en América Latina.

Los daños producidos a los productores audiovisuales por emisiones no autorizadas y retransmisiones ilegales son de 3.850 millones de pesetas. En cuanto a las copias piratas de vídeos, que representan un 5% del total, producen unas pérdidas de 2.500 millones.

Las copias ilegales de programas de ordenador, que suponen el 51% del total, suman 30.500 millones, y las unidades de videojuegos piratas, que también superan a las originales, ocasionan pérdidas de 30.000 millones al año.

El lobby antipiratería, que quiere aprovechar la presidencia española de la Unión Europea para ser un ejemplo internacional, anuncia el desarrollo de diversos proyectos, entre ellos la creación de un teléfono (902 44 40 02) para que los ciudadanos denuncien la venta ilícita de copias.

Además, se crean un foro virtual (www.ezboard.com) y un comité jurídico; se hará un estudio del impacto económico y se organizará un congreso para los días 17, 18 y 19 de abril de 2002.

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