_
_
_
_
LIBER 2001

Los editores chilenos piden a sus colegas españoles ayuda para luchar contra la piratería

La Feria Internacional del Libro cierra con un moderado optimismo sobre el futuro

El presidente de la Cámara Chilena del Libro, Alejandro Melo, hizo un dramático llamamiento a sus colegas españoles. 'No pedimos ayuda económica, queremos que nos ayuden a combatir el problema más grande que tenemos los editores chilenos, la piratería. No hay voluntad política de solucionarlo y si las cosas siguen así, nuestro sector editorial desaparecerá en poco tiempo'. La respuesta española no se hizo esperar: el presidente de la Federación de Gremios de Editores Españoles, Emiliano Martínez, se comprometió a poner en marcha un programa para Chile.

Más información
'España lo controla todo'
La reunión euro-magrebí se abre con la idea de 'despoetizar y politizar el Mediterráneo'
Los editores españoles preparan una gran campaña a favor de la lectura
Los nuevos narradores reconocen que aún quedan muchas fronteras por superar
Los editores españoles aprovechan Liber 2001 para conquistar Chile
La industria cultural en pleno se rebela contra la piratería y exige leyes más severas

'De acuerdo con el Centro Español de Derechos Reprográficos [Cedro], que tiene la vocación de defender los derechos de autor en todo el área del idioma español, realizaremos un programa especial para Chile, con apoyo financiero, con ideas y con gente. Este gran país está saliendo del agujero negro de una dictadura y todos nosotros tenemos la obligación de que el mundo del libro sea más habitable. Los amigos chilenos se han quedado maravillados de cómo funciona el sector editorial en España, en especial comparándolo con el de su país'.

Frente a los casi 60.000 títulos que se editaron en España en 2000, en el mismo periodo se publicaron en Chile entre 2.000 y 2.500 libros. 'Es una cifra muy pequeña, pero es importante para nosotros porque hace 15 años sólo se editaban 200 al año. Es un salto importante y esperamos seguir creciendo', afirmó Melo. Explicó que en Chile operan 10 o 12 editoriales grandes, 200 medianas y unas 300 pequeñas. 'Para todas ellas es muy difícil subsistir y no hay ningún autor chileno importante, como Jorge Edwards o Isabel Allende, que quiera publicar en Chile. Prefieren hacerlo en editoriales españolas, que les garantizan una mayor distribución y que intentan evitar la piratería'.

La principal dificultad a la que se enfrentan los editores chilenos es el IVA, de un 18%. 'Cada vez que iniciamos una campaña para que lo rebajen, nos contestan nuestras autoridades que cómo van a rebajar el IVA de los libros y no el del pan o el de los medicamentos, que son productos de primera necesidad'. 'De todos los problemas que tiene el país, éste es uno de los menores', añadió Melo. 'Si importamos libros españoles no podemos retirarlos de la aduana sin pagar la cantidad íntegra del IVA, más el costo de los libros, lo que significa un importante problema financiero para nosotros'.

'Los jóvenes leen poco y ésta es una gran pena porque Chile fue siempre un país lector. Desde la Cámara del Libro, como todos los editores en general, estamos continuamente organizando campañas a favor de la lectura, pero el Gobierno no parece sensibilizarse'.

Librerías cerradas

En poco tiempo han cerrado dos significativas librerías, como Europa o Zamorano Caperan, muy antigua y de gran prestigio, 'Yo llevo 30 años en el mundo del libro y la Zamorano ya existía. Es una gran tristeza. Y la culpa la tiene la piratería. Se piratea cualquier libro de éxito, como los de Isabel Allende o Harry Potter. Nosotros sabemos quiénes son los piratas, pero no podemos hacer nada al respecto. Es una gran industria sumergida. Hay muchas imprentas clandestinas, pero sólo cinco o seis grandes empresas papeleras, que son las que suministran el papel. Nosotros requisamos 300.000 libros clandestinos y encima tenemos que pagar el coste de almacenamiento. Hemos interpuesto numerosas demandas, sin resultado alguno, e incluso uno de los piratas nos ha puesto una querella por un millón de dólares porque asegura que hemos perjudicado su imagen y su honor'.'La situación económica del país no es buena por la crisis de los países asiáticos, principales clientes de nuestros productos. Imagino que para nuestros gobernantes es mejor que los chicos que están en paro se dediquen a vender libros piratas en lugar de vender droga. Si seguimos así, en el futuro diremos que será mejor robar que matar. La piratería no es únicamente un robo a los editores y a los autores, es también un robo al Estado, que ha dejado de ingresar 25 millones de dólares (cerca de 5.000 millones de pesetas). Y lo peor de todo es que no hay voluntad política de solucionarlo', se lamentó Melo.

La visita a España, invitados por Liber 2001, ha sido no obstante muy positiva y está convencido de que producirá buenos resultados. 'Estamos muy agradecidos y sabemos que los colegas españoles nos apoyarán ejerciendo toda la presión internacional que esté en sus manos. Sentimos la responsabilidad de responder a las expectativas que los españoles han puesto en nosotros'.

Para Emiliano Martínez, esta 19ª edición de Liber, que se cerró ayer en Madrid, ha sido 'moderadamente optimista', y aunque 'esos nubarrones tan negros que han desatado los atentados en Estados Unidos' son muy preocupantes, la opinión general del sector es que evolucionará bien. Editores como los de Paidós o Miraguano han hecho buenos negocios en Liber. 'La reunión del Grupo Interamericano de Editores fue muy positiva. Veremos qué pasa en Francfort'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_