Arafat pacta con Yihad y Hamás el respeto al alto el fuego acordado
Los asesinatos de una mujer colona y un joven palestino ponen en peligro la pacificación
Los servicios de inteligencia de Yasir Arafat arrancaron de los dirigentes fundamentalistas palestinos un compromiso para que no violaran el alto el fuego pactado hace tres días con los israelíes bajo la presión de EE UU. El acuerdo secreto no ha servido, sin embargo, para embridar a las bases más radicales de la Intifada, que ayer asesinaron a tiros a una colona israelí cerca de Belén, haciendo tambalear los esfuerzos por reabrir el proceso de paz.
Los Servicios Generales de Inteligencia palestinos, que dirige el general de brigada Amin Al Hindi, fueron los encargados de negociar con los líderes de las dos principales organizaciones fundamentalistas, Hamás y Yihad Islámica, un pacto secreto para que no se violara el alto el fuego pactado con los israelíes hace tres días, el primero en 90 días.
El compromiso requirió diversas reuniones, la última de las cuales se llevó a término el pasado martes en el domicilio en Gaza del jeque Ahmed Yasin, el jefe espritual de Hamás, según reconoció ayer el numero dos de los servicios secretos palestinos, el coronel Mohamed Elmassry. 'Como responsable de los servicios de seguridad con los partidos políticos tomé parte en estas reuniones con los dirigentes de Hamás y Yihad Islámica, en el que participaban otras organizaciones y puedo asegurar que todas las fuerzas presentes se comprometieron a respetar el alto el fuego', recalcó.
Elmassry confirmó así la firma de este pacto secreto, que él prefiere calificar simplemente de un 'entendimiento' y con el que se pone en evidencia la duplicidad de discursos de los islamistas; mucho más radicales en sus manifestaciones a la población, ante la que aseguran no aceptar el alto el fuego. La existencia de este acuerdo fue ratificada por el ministro de Correos y Comunicaciones, Imad Faluji, un ex dirigente de Hamás, portavoz de los islamistas en la primera Intifada, quien desde hace varios años ha optado por colaborar con el Gobierno de Arafat formando parte de su gabinete.
El pasado político de este dirigente de la revuelta palestina le ha obligado en más de un ocasión a hacer de mediador entre Hamás y Arafat. 'Puedo asegurar que todos los dirigentes políticos palestinos están dispuestos a respetar el alto el fuego. La unanimidad en torno al liderazgo de Arafat es absoluta; es la primera vez en mucho tiempo que se respeta de una manera tan general una decisión de Arafat', recalcaba Faluji, atrincherado detrás de su mesa del Ministerio de Correos y Comunicaciones, en Gaza.
Compromiso
El compromiso entre los responsables de los servicios secretos de Arafat y los líderes fundamentalistas palestinos no logró sin embargo convencer a algunos sectores radicales de las bases, según se desprende de una serie de incidentes engarzados que se de-sencadenaron ayer en Gaza y Cisjordania y que están haciendo tambalear el acuerdo de 'alto el fuego' y que ponen en peligro el pacto conseguido gracias a la presión de EE UU y la mediación de la Unión Europea.
Los incidentes trágicos se iniciaron a primera hora de la manaña con el asesinato de una mujer colona, Samit Amrani, de 25 años, que murió por los disparos de francotiradores cuando viajaba en un vehículo con su marido y sus tres hijos. Horas más tarde en Gaza moriría en circunstancias similares un joven palestino, en las cercanías del asentamiento de Gus Khatif por los disparos de un soldado de Israel.
La mañana trágica continuó con la noticia del secuestro de dos dirigentes de Al Fatah, llevado a término la noche anterior en las cercanías de Jerusalén y que culminó con la emboscada contra cinco soldados israelíes, que resultaron heridos en las cercanías de Gaza capital.
El atentado de Belén fue reivindicado por las Brigadas de los Mártires del Aqsa en un comunicado difundido en Beirut, en el que se recalca además su 'rechazo a cualquier negociación con Sharon'. Los Gobiernos israelí y palestino convocaron con carácter de urgencia sendas reuniones ministeriales en Ramala y en Jerusalén y se lanzaron reproches mutuos.
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