La paz se impone en casi todos los frentes del conflicto
Paz en todos los frentes. Las primeras 24 horas del alto el fuego pactado por Ariel Sharon y Yasir Arafat eran en la tarde de ayer un éxito. Por primera vez en muchos meses, la tranquilidad parecía imponerse en casi todas las trincheras del conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos. Las únicas excepciones fueron Rafah, en el sur de Gaza, y Hebrón y Ramala, en Cisjordania, donde a lo largo de la jornada se registraron tiroteos puntuales y esporádicos, que no tuvieron víctimas.
Los responsables de seguridad de Yasir Arafat pasaron la mañana distribuyendo fuerzas y patrullas de refuerzo en los puntos más calientes del territorio palestino. La línea más reforzada ha sido la frontera del sur de Gaza con Egipto, en el término municipal de Rafah, donde se temía que al llegar la noche se reprodujeran los tiroteos cotidianos y habituales entre los soldados israelíes y las milicias nacionalistas palestinas.
Por su parte, las fuerzas blindadas y de infantería de Israel continuaban ayer replegándose de diversas ciudades palestinas, especialmente en los entornos de Jenín y Jericó, pero se mantenían presentes en otras zonas, como en las carreteras de Gaza, que continúa dividida en dos.
En medio de esta delicada situación, las dos principales organizaciones fundamentalistas palestinas, Yihad Islámica y Hamás, anunciaban desde Gaza que no estaban dispuestas a respetar el alto el fuego decretado por Yasir Arafat mientras dure la ocupación israelí. Ahmed Yassin, el líder religioso de Hamás, aseguró que acatar el alto el fuego 'significaría aceptar la ocupación'. 'Habrá que ver si la calle acepta lo que Arafat ha firmado sobre el papel', recalcaba Abdalhá Shami, el portavoz y número uno del aparato político de Yihad.
Preocupación de Arafat
Las declaraciones rimbombantes de los líderes islamistas de Gaza parecen preocupar a los gobernantes palestinos. Yasir Arafat envió ayer a casa del jeque Ahmed Yassin un alto responsable de seguridad, acompañado de un despliegue impresionante de fuerzas, para tratar de disuadirle y obligarle por la fuerza a acatar la decisión de alto el fuego. Se desconocen los resultados oficiales de la gestión, que Yassin calificó como una 'visita rutinaria'.
'Ésta es una ocasión histórica para acabar con la violencia', afirmó el presidente egipcio, Hosni Mubarak, desde Sharm el Sheij, donde horas antes se había reunido con Arafat para analizar la situación y estudiar la estrategia árabe en la coalición antiterrorista. Arafat celebraría a media tarde un encuentro similar con el rey Abdalá II en su palacio de Ammán. El viaje del líder de la OLP por la zona prosiguió en la noche de ayer por Arabia Saudí.
En medio de las expectativas, y mientras crecen las esperanzas, se empieza a asegurar que el encuentro entre Simón Peres y Yasir Arafat, en el que se concretarán los siguientes pasos, es inminente.
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