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Yihad reanuda los ataques con un coche bomba en Jerusalén

El atentado, sin víctimas, pone fin a tres semanas de tregua

Los fundamentalistas palestinos han roto el silencio. Tras una tregua aparente de tres semanas, los islamistas radicales reanudaron ayer los ataques terroristas contra Israel, haciendo explotar un coche bomba en Jerusalén sin causar víctimas. La operación supone un desafío claro a la política de pacificación del Gobierno de Yasir Arafat, quien trata de consolidar un alto el fuego mientras gravita sobre él un ultimátum de 48 horas establecido el domingo por el Gobierno de Sharon para que ponga fin a la espiral de violencia.

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El coche bomba, cargado de munición y de tornillos, estalló ayer por la mañana en el barrio comercial de Talpiot, en el Jerusalén oeste, a poco menos de dos kilómetros del centro de la ciudad. Aunque el artefacto no causó víctimas, produjo daños importantes en otros vehículos aparcados en los alrededores, así como la consiguiente alarma en una escuela situada en las cercanías.

El atentado fue reivindicado por la formación fundamentalista palestina Yihad Islámica, en una nota enviada a la cadena de de televisión Al Jazzair, en Qatar: 'Esta operación heroica, que prueba que nuestros valientes combatientes pueden franquear las barreras de seguridad sionista, es una respuesta a los crímenes del enemigo y las masacres cometidas contra nuestro pueblo'.

Yihad Islámica, que es junto con Hamás la organización fundamentalista más importante de los territorios autónomos palestinos, ha venido en los últimos días anunciando su oposición al alto el fuego pactado entre Sharon y Arafat y su determinación a continuar con los ataques contra Israel, hasta conseguir la salida del ejército ocupante y de los colonos.

Ultimátum de 48 horas

El ataque se producía 24 horas después de que el Gobierno de Israel diera un ultimátum de dos días al Gobierno de Yasir Arafat para que aplique con todo rigor el alto el fuego pactado el pasado 13 de septiembre, y ratificado el 28 en una reunión que el presidente palestino celebró con Simón Peres en Gaza. El clamor e indignación provocado por el atentado entre los sectores radicales del Gobierno de Ariel Sharon pone en peligro la aplicación del programa de pacificación, que de manera ambigua y contradictoria empezó a aplicarse sobre el terreno.

'Es evidente que la Autoridad Nacional Palestina no hace lo suficiente, o nada, para detener la violencia. Nosotros no vemos el alto el fuego por ninguna parte; sólo la continuidad de la violencia', aseguraba ayer Avi Pazner, uno de los consejeros del primer ministro Sharon, al tiempo que recordaba que a Arafat le quedaban pocas horas para conseguir la aplicación de la tregua.

A la misma hora que estallaba el coche bomba en Jerusalén se producían importantes manifestaciones en el norte de Israel, en la región de Galilea, protagonizadas por la comunidad árabe-israelí (que alcanza al 18,6% de la población), en recuerdo de la revuelta producida hace un año, que se saldó con 13 muertos por disparos de la policía. Las manifestaciones derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, especialmente en Um el Fahem y en Nazareth.

La minoría árabe recuerda hoy con una huelga general, marchas y manifestaciones a los trece jóvenes abatidos por la policía israelí en los disturbios registrados en el norte de este país, cuando los árabes israelíes se solidarizaron con sus hermanos palestinos de Cisjordania y Gaza, al comienzo de la actual Intifada.

No se ha informado de víctimas en la intervención de la policía, que, a diferencia del año pasado, se mantuvo al margen de los actos de recuerdo y dejó que los dirigentes árabes controlaran la situación para evitar un derramamiento de sangre. A la jornada de duelo se sumaron pacifistas israelíes.

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