Israelíes y palestinos acuerdan un alto el fuego

Israelíes y palestinos establecieron ayer un alto el fuego. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, dio orden al Ejército de suspender todas las acciones ofensivas contra los palestinos. El mandato fue difundido a todas las tropas pocas horas después de que Yasir Arafat hiciera público desde Gaza un comunicado reiterando a sus fuerzas de seguridad y a las facciones palestinas la orden de no disparar, sumándose de manera clara a la alianza antiterrorista propugnada por EE UU. La orden de alto el fuego, la primera desde el 13 de junio, fue transmitida por el ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben Eliezer, quien, como prueba de buena voluntad, mandó retirar de inmediato los tanques que asediaban la ciudad de Jenin, al norte de Cisjordania, y de Jericó, al sur.

Arafat reconoce el derecho de Israel a 'vivir detrás de sus fronteras salvos y seguros'

El acuerdo pudo ser negociado el domingo por el hijo de Ariel Sharon, Omri

El comunicado israelí de alto el fuego fue difundido por la televisión y la radio oficiales, mientras la población judía celebraba encerrada en sus casas, en medio de la tensión y el miedo, el primer día del nuevo año judío -Rosh Hashana 5762-. Un portavoz del Ministerio de Defensa confirmó la orden, pero añadió a continuación que 'bien entendido, el Ejército de Israel se reserva el derecho a volver a los ataques'. La decisión de Bush no se hizo esperar y un portavoz de la Casa Blanca difundió que el presidente se felicitaba por este acuerdo.

La decisión israelí de suspender la ofensiva contra los palestinos, la peor desde que se inició la Intifada hace un año, fue anunciada después de que el presidente Yasir Arafat difundiera, desde su residencia de Gaza, un mensaje de paz en el que ratificaba su compromiso por hacer callar las armas y se comprometía a su vez a integrarse en la alianza antiterrorista propugnada por Estados Unidos, abriendo así la puerta que podría ser secundada por los países miembros de la Liga Árabe.

El mensaje de Arafat, encabezado con una nota de profunda condolencia al pueblo norteamericano, es de hecho una declaración de principios y de intenciones, casi un programa político en el que 'condena y desaprueba firmemente todas las actividades militares y paramilitares cometidas contra los civiles', estén llevadas por los soldados israelíes o palestinos. Arafat reconoce, además, 'el derecho de Israel a vivir detrás de sus fronteras salvos y seguros'. Y propugna como colofón la vuelta a la mesa de negociaciones, para trabajar 'juntos para romper el círculo vicioso de la violencia'.

Las razones ocultas de este giro inesperado en el conflicto israelo-palestino quedan desveladas en el último párrafo de la nota de Arafat, quien acaba anunciando su compromiso de formar parte de la alianza internacional contra el terrorismo propugnada por Estados Unidos. Se vislumbra detrás de este próposito la mano y las gestiones de la diplomacia de la Casa Blanca, que ha estado en los últimos días presionando a Sharon para que suspendiera las acciones armadas contra los palestinos y diera una oportunidad para la paz.

El ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, uno de los artífices de la maniobra de distensión, se felicitaba ayer por la tarde públicamente de las decisiones de Arafat y Sharon: 'Creo, sin duda, que ha llegado el momento para un encuentro. El mundo está enfrentado a un peligro increíble y debe dejar de lado las escaramuzas secundarias'.

Simón Peres aludía de esta manera a la necesidad de reactivar la cita con Yasir Arafat, negociada hace dos semanas por el representante europeo Javier Solana, y que quedó suspendida el pasado domingo por orden de Sharon, que se doblegó a las presiones de una parte importante de los miembros de su Gobierno.

Los palestinos, a través de su negociador Saeb Erekat, pedían la celebración inmediata del encuentro: 'Es una ocasión que no debemos dejar pasar'. Erekat pidió, asimismo, que la reunión pudiera celebrarse antes de 48 horas.

La esperanza, sin embargo, no puede convertirse en euforia, aseguraban ayer palestinos e israelíes, recordando que desde que se iniciara la Intifada hace un año se han sucedido periódicamente los altos el fuego, las treguas ocasionales, los repliegues de tropas, para dejar paso después invariablemente a un nuevo ciclo de violencia. 'Todo esto va destinado a los medios de comunicación, lo importante es saber lo que pasará sobre el terreno', aseguraba un responsable del Gobierno israelí.

En medios políticos se comentaba ayer que este principio de acuerdo entre israelíes y palestinos fue negociado por el propio hijo de Ariel Sharon, Omri, quien el pasado domingo se habría entrevistado con Arafat en Gaza.