Tiradores de élite matan al responsable del brazo militar de Hamás en Cisjordania

Tiradores de élite del Ejército abatieron ayer al máximo responsable del brazo militar del movimiento fundamentalista Hamás en Cisjordania. Abdel Raiman Hamad, de 33 años, era uno de los hombres más buscados por Israel, que lo acusaba de organizar el atentado de la discoteca de Tel Aviv sucedido el pasado 1 de junio y en el que murieron 23 jóvenes. Horas más tarde, en un gesto aparentemente contradictorio, el primer ministro Ariel Sharon dio orden al Ejército de mitigar el cerco de varias ciudades palestinas, empezando por Hebrón, que fue tomada la semana pasada para proteger a 400 colonos judíos.

Abdel Raiman Hamad, uno de los hombres más buscados por Israel, fue muerto por dos tiros en el pecho y uno en la cabeza. Hamad fue asesinado en la puerta de su casa, en Kakilya, en el norte de Cisjordania, cuando regresaba de una mezquita cercana después de haber participado en la plegaria de la madrugada.

Éste es el primer asesinato selectivo perpetrado por el Ejército contra un líder de la Intifada, desde que hace cuatro semanas israelíes y palestinos firmaran un alto el fuego. La muerte de este dirigente de las Brigadas de Ezzedine Al Qassam fue denunciado por las autoridades palestinas, como un 'intento de boicotear la tregua' pactada por Sharon y el presidente Yasir Arafat, bajo las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea.

Cerca de 8.000 personas asistieron en la localidad de Kakilya a los funerales del activista asesinado clamando venganza. Combatientes de Hamás y de Al Fatah se unieron al cortejo funerario.

Pocas horas después de que el Ejército de Israel reconociera la acción contra este dirigente militar de Hamás, el Gobierno de Sharon anunciaba su intención de replegarse de diversas poblaciones palestinas, empezando por Hebrón, que ocupó militarmente el pasado 5 de octubre para dar protección a los 400 colonos judíos que viven en el centro de la ciudad. El repliegue es el fruto de un pacto entre israelíes y palestinos, según el cual las fuerzas de seguridad de Arafat se han comprometido a asegurar la vida de los colonos.

La intención de Sharon de retirar los 50 tanques y los 600 soldados de las colinas de Al Cheik y Abu Snena, desde las que se controla la ciudad de Hebrón -habitada por 120.000 palestinos- provocó la reacción airada del movimiento colono y del Ejército israelí. Ambos recordaban el fracaso de un pacto similar, cuando hace un año las fuerzas palestinas se comprometieron a custodiar la tumba del profeta José, en Nablús, que acabó siendo quemada por un grupo de radicales islámicos.

Críticas del Ejército

El Ejército anunció ayer, a través de una nota, su crítica a la orden de retirarse de Hebrón. La nota provocó las iras del ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, quien amenazó con destituir al jefe del Estado Mayor, Shaul Mofaz. '¡Lo voy a despedir! ¡Hay que despedirlo!', dijo el indignado ministro ante sus sorprendidos colegas en la reunión semanal del Consejo de Ministros, cuando uno de sus asesores le hizo llegar el comunicado de los militares.

No es la primera vez que sucede un incidente similar desde que se inició la Intifada. Mandos militares israelíes han hecho en algunas ocasiones comentarios de desaprobación sobre la manera de enfrentarse a la revuelta palestina.