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Los científicos de EE UU critican la prohibición de la clonación terapéutica

Algunos expertos auguran una fuga de cerebros a países más tolerantes

'La ley no va a paralizar la investigación, sólo va a dejar a Estados Unidos fuera de juego', declaró el jefe de investigación transgénica animal de la universidad de Connecticut, Jerry Jang. Este científico aventuró que la prohibición creará un entorno hostil a la clonación terapéutica, y que él posiblemente terminaría por emigrar a países más tolerantes. Es lo que ha hecho Roger Pederson, uno de los máximos expertos en investigación sobre células madre embrionarias, que acaba de dejar la universidad de California en San Francisco para instalarse en la británica de Cambridge.

El proyecto de ley aprobado, que debe ser ratificado por el Senado, prohíbe cualquier tipo de clonación humana (reproductiva o terapéutica) así como la importación de productos y tratamientos basados en esa tecnología. Violar la prohibición supondrá 10 años de cárcel y, si se hace con ánimo de lucro, una multa de al menos un millón de dólares (unos 190 millones de pesetas). La normativa no prohíbe, sin embargo, la destrucción de embriones convencionales (por ejemplo, procedentes de clínicas de fertilidad) con el fin de obtener células madre.

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El investigador del Centro Nacional de Biotecnología, Carlos Martínez, declaró en Santader, donde asistía al curso Trasplante de órganos y células: Dimensiones éticas regulatorias en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que 'la utilización de células madre obtenidas de embriones congelados de la fecundación in vitro [de los que en España hay más de 30.000] supone una realidad capaz de transformar la sociedad. Es una vía fundamental para la investigación en este siglo', informa Jesús Ruiz Mantilla.

También el profesor del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Jesús Mosterín se mostró contrario a la prohibición. 'Se trata de una superstición' equiparable a creer que 'el número 13 trae mala suerte', declaró. No puede atribuirse 'dignidad humana' a unas pelotitas minúsculas que no tienen 'ni sistema nervioso, ni cerebro, ni pensamiento, ni alma, ni conciencia ni sentimientos', afirmó. En contra de estas opiniones, representantes del Vaticano y del Consejo de Europa se 'felicitaron' ayer por la decisión del Congreso estadounidense.

El PSOE instó ayer al Gobierno español a que permita la investigación con células madre embrionarias. El diputado socialista Jaime Lissavetzky presentó una pregunta parlamentaria en la que se interesa por el destino de los embriones congelados procedentes de fertilizaciones in vitro. El diputado socialista también reprochó al Ministerio de Sanidad que no se haya reunido en toda la legislatura a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, el órgano encargado de asesorar al Ejecutivo sobre el asunto.

Según Lissavetzky, la incomunicación entre la Comisión y el departamento que dirige Celia Villalobos es absoluta, hasta el punto de que el ministerio ni siquiera ha contestado a dos cartas de finales de 2000 y 'entre febrero y marzo' de 2001 que representantes del equipo asesor en reproducción humana asistida enviaron a Sanidad solicitando explicaciones por la ausencia de reuniones y porque no se haya publicado el segundo Informe elaborado por la Comisión.

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