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CIENCIA

La comunidad científica rechaza los dos proyectos de clonación humana

Dos médicos anuncian que en noviembre iniciarán los trabajos para crear bebés clónicos

La Academia de Ciencias estadounidense convocó la reunión de expertos en un momento particularmente delicado, una semana después de que la Cámara de Representantes aprobara una ley que prohíbe cualquier clonación.

Los científicos expertos en clonación, entre ellos Ian Wilmut, el padre de la oveja Dolly, se pronunciaron tajantemente contra la clonación de seres humanos. Dejando al margen los argumentos éticos, los investigadores quisieron centrarse sólo en argumentos científicos, basados en las investigaciones que se están haciendo con animales. Y lo que éstas establecen es que la inmensa mayoría de los embriones mueren antes del nacimiento y los que nacen tienen muchas más posibilidades de padecer enfermedades graves y morir pronto que de ser sanos.

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'Si la sociedad decide que no le gusta algo, puede pararlo', comentó Wilmut. 'La clonación no es el único remedio a la esterilidad', agregó. Alan Colman, director del Instituto PPL Therapeutics, una empresa de Edimburgo vinculada al instituto de investigación de Wilmut, explicó que la esperanza de vida de las vacas y cabras clonadas varía entre los dos y los diez años, y muchas presentan serias anomalías.

'En este momento no se puede predecir si un embrión clonado concreto llegará a ser un individuo normal o anormal', advirtió Rudolph Jaenisch, experto en clonación del Instituto de Tecnología de Massachusetts.

La defensa de la clonación la inició Panayiotis Zavos, profesor retirado y director de una clínica de fertilidad de Kentucky, quien aseguró que está todo preparado en dos laboratorios ocultos para iniciar las clonaciones en humanos a partir del mes de noviembre. 'La esterilidad es una enfermedad', proclamó. Y planteó la clonación para curarla.

Tras Zavos intervino su socio italiano Severino Antinori, quien al llegar el lunes a Washington ya había dicho que prohibir la clonación humana era 'volver a la edad de las cavernas'. En una presentación extremadamente confusa ante los expertos, explicó el proceso que pensaba seguir y afirmó que iba a poder evitarse que los bebés nacieran con graves anormalidades. Precisó que para evitar malformaciones, el feto estaría bajo observación permanente.

Tanto Antinori como Zavos ocuparon buena parte de sus intervenciones en defenderse de los ataques de sus colegas por su escasa preparación científica. Zavos incluso admitió que se iban a plantear muchos problemas en sus intentos de clonación, pero agregó: 'No existe la perfección en el negocio de la reproducción humana'. El médico norteamericano quiso dejar clara su determinación y optimismo: ' Nos dicen que fracasaremos. Pero lo lograremos. Es una cuestión de determinación'.

La bioquímica Brigitte Rousselier, miembro de la secta de los raelianos, presentó unos argumentos similares. 'La gente dice que es terrible clonar un bebé con tan pocas posibilidades de éxito. Pero ahora se descartan muchos embriones en los largos procesos de fertilización'. Rousselier se ha comprometido a no clonar en EE UU, pero allí investiga para hacerlo fuera.

Severino Antinori, con la directora de Clonaid, Brigitte Boisselier, en la Academia de Ciencias en Washington.
Severino Antinori, con la directora de Clonaid, Brigitte Boisselier, en la Academia de Ciencias en Washington.REUTERS

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