García de la Concha repasa la influencia de la generación de 1927
El director de la RAE participa en un homenaje a Pedro Salinas en la UIMP
La añoranza del ambiente cultural de los años previos a la guerra civil, lejos de disiparse, adquiere un protagonismo creciente en el mundo académico. Es posible que esa nostalgia animara al director de la RAE, Víctor García de la Concha, a impartir un curso sobre la Generación del 27. Todo ello, desde el sentimiento que convirtió ayer en un acto vivo el homenaje que dedicó la UIMP en Santander al poeta Pedro Salinas en el cincuentenario de su muerte.
'Mientras nos quede la palabra, queda la posibilidad de continuar la obra que ellos comenzaron', parafraseó García de la Concha a Salinas para certificar su admiración por el poeta, así como por el grupo de escritores que en los años veinte emprendió 'la gran tarea de reformar la literatura' a partir de la palabra y la poesía poética, y se constituyó en 'umbral de un nuevo siglo de oro' para la cultura española.
Junto al director de la Real Academia Española (RAE), que definió a Salinas como 'uno más de los transterrados que no perdieron nunca de vista a España, a la que siguieron unidos por ese océano que en definitiva es la palabra', participaron en el recuerdo al poeta Antonio Lago, coordinador del libro Historia de la UIMP; el rector del centro, José Luis García Delgado, y el vicerrector Antonio Sánchez Trigueros.
Todos ellos recordaron a Salinas como el 'inspirador y propulsor' de la Universidad Internacional de Verano de Santander, germen de la actual UIMP, que ha bautizado este año una de sus aulas con el nombre del poeta. Salinas fue secretario general durante los cuatro cursos que se celebraron hasta la irrupción de la guerra.
Lago Carballo subrayó 'el ambiente intelectual y el abierto diálogo establecido entre profesores y residentes' como señas de identidad de 'la Universidad de Salinas', por la que desfilaron aquellos cuatro veranos personalidades como Unamuno, Ortega y Gasset, Xavier Zubiri, Dámaso Alonso, Federico García Lorca con La Barraca, o Ramón Menéndez Pidal, uno de sus primeros rectores.
También recordó Lago Carballo las premonitorias palabras que escribió Salinas en La Magdalena a Germaine Cahen, mujer de Jorge Guillén poco antes de partir hacia al exilio definitivo: 'Ni el país, ni Madrid, ni la gente volverán a ser lo mismo. Nuestra vida, fatalmente, está escindida en dos pedazos: el de ayer, sabemos cómo fue, y del de mañana no sabemos nada'.
Similar melancolía estuvo presente durante toda la semana en el curso que dedicó García de la Concha a La Generación del 27 y el arte nuevo: claves estéticas y técnicas literarias. El académico orientó sus lecciones a inscribir a aquel grupo de 'amigos literarios' dentro de un movimiento más amplio de renovación estética, denominado el Arte Nuevo, que entendía la literatura como 'síntesis de las artes'.
Sintonía con Europa
García de la Concha, para quien 'pocas veces ha estado la literatura española tan sintonizada con Europa' como en aquellos años, explicó la estrecha relación de la poesía de los años veinte con la música, la pintura, la escultura o el cine y repasó la influencia multidisciplinar de los variados ismos de la época.
Invitado en una reunión con la prensa a comparar la vitalidad cultural de aquel momento con el panorama actual de la cultura española, García de la Concha afirmó que 'si hay un siglo de oro es porque también hay siglos de plata, siglos de bronce y siglos de barro'. Luego precisó que España disfruta hoy día 'un buen momento poético, lo que no significa que emerjan figuras como Guillén o Lorca', a su juicio, los mejores del grupo. García de la Concha aprovechó para reivindicar como propios a todos los escritores en español y propuso 'saltar las tapias y ser conscientes de la gran riqueza que es el patrimonio común de la lengua'.
Sobre la vieja polémica de si debería incluirse a escritoras como Ernestina de Champourcin o Concha Méndez en la nómina de poetas del 27, el director de la Academia opinó que en el canon habitual de 10 autores 'todos los que están son, aunque quizás no están todos los que sean'.
Babelia
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