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Reportaje:COYUNTURA AGRARIA

Extremadura echa humo

7.000 tabaqueros extremeños, que producen el 80% de la cosecha, temen el recorte de las ayudas de Bruselas

¡Que viene, que viene el lobo! Y el lobo llegó. O está a punto. Desde hace años, el fantasma sobrevuela el sector tabaquero extremeño, asentado en la zona norte de Cáceres y que produce más del 85% de la cosecha nacional (37 millones de kilos el pasado año). El eurodiputado popular Felipe Camisón ya subrayó en la pasada legislatura que el empuje de los verdes alemanes comenzaba a ser muy preocupante. En aquella ocasión, los parlamentarios de los países tabaqueros frenaron la posibilidad de que la Unión Europea dejara de subvencionar la producción. Paradójicamente, Bruselas desdobla esas subvenciones: ayudas para la producción y ayudas en campañas para dejar de fumar. Ahora, la Comisión Europea, a través de una iniciativa de su presidente, Romano Prodi, se plantea reducir las subvenciones. El 16 de junio, el Consejo de presidentes de Gobierno de la UE tendrá la última palabra.

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Empresa pública

En medio se encuentran 7.000 cultivadores extremeños. Ellos saben que tienen el producto comprado, principalmente por CETARSA, la empresa pública que acaba de ser traspasada de Patrimonio del Estado a la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en el paquete de entidades susceptibles de ser privatizadas.

Otras 15.000 familias viven indirectamente del cultivo del tabaco en La Vera y El Tiétar. La facturación anual supera los 20.000 millones de pesetas, aunque sin primas no se concibe el cultivo del tabaco. Las dos comarcas exteriorizan su placidez económica, pero hay una localidad referente: Talayuela, donde uno de cada tres vecinos que se desplazan para la recolección del tabaco y el espárrago es magrebí. El pleno del Ayuntamiento de Talayuela (8.000 habitantes) acordó enviar una carta al presidente del Gobierno, José María Aznar, reclamando su apoyo al sector.

El nerviosismo se ha apoderado de productores, organizaciones agrarias, partidos políticos y ayuntamientos. Está en juego el futuro de una zona emblemática de Extremadura. Y las movilizaciones, ya iniciadas, se anuncian en cadena. El pasado viernes, la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG) quemó fardos de tabaco en Cáceres: 'Tenemos miles de millones de pesetas gastados en maquinaria. No hay alternativa al cultivo del tabaco y se lo quieren cargar de un plumazo. No es que quieran eliminar las ayudas. Sencillamente, si las bajan es suficiente para que desaparezca el cultivo. Y no lo vamos a permitir. A primeros de junio convocaremos manifestaciones', anuncio el dirigente de la COAG, Luis Cortés.

Críticas

El PP se ha sumado también a las críticas contra Bruselas 'si ello supone un perjuicio para los cultivadores cacereños', ha subrayado su presidente provincial, Ángel Carlos Bernáldez, agricultor e ingeniero agrónomo. El dirigente popular invitó a los otros partidos extremeños a buscar 'un consenso básico entre todos para defender el actual nivel de renta que hay en la zona tabaquera'.

La preocupación ha llegado al presidente de CETARSA , el extremeño Isidoro Hernández Sito. 'Puede hundirse el sector', ha señalado y ya ha iniciado contacto con las empresas transformadoras de otros países, consciente de que el recorte no sólo afectará a los productores, sino también a las industrias transformadoras asentadas en Extremadura desde hace décadas.

La patronal agraria ASAJA se mueve desde el pragmatismo: 'No hay cultivo alternativo', ha dicho su presidente Ángel García, que acusa directamente a las multinacionales, 'cuya única intención es aumentar las ganancias. Es una vergonzosa campaña de estas multinacionales que dominan diversos estatus económicos en Bruselas y son las que quieren acabar con el sector'. Lorenzo Ramos, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), ha pedido que 'todos los sectores implicados con el tabaco se movilicen'.

Un trabajador examina las plantas de una explotación de tabaco.
Un trabajador examina las plantas de una explotación de tabaco.HERMINIA SIRVENT

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