Bruselas quiere eliminar las ayudas al carbón y a la producción de tabaco
España recibe 165.000 millones entre ambas
El proyecto de la presidencia del Ejecutivo comunitario está contenido en el informe denominado Estrategia de desarrollo sostenible, cuyo principal objetivo consiste en adoptar las iniciativas adecuadas para lograr un mejor nivel de calidad de vida para el futuro.
Las propuestas ya han sido analizadas por diversos equipos de expertos comunitarios y, aunque hasta el momento no han surgido fuertes oposiciones, no se puede descartar que entre los comisarios se registren importantes discrepancias. En cualquier caso, dentro de la Comisión, hay partidarios de aplicar un periodo de transición para abordar las medidas que se proponen.
Incongruencia
En el caso del carbón, el documento señala que es incongruente mantener esas ayudas cuando se trata de una actividad no rentable que además acaba siendo una fuente de elevada contaminación medioambiental. Con respecto al tabaco, se pone de relieve la contradicción existente en el propio seno de la UE, que anualmente gasta importantes cantidades para disminuir el consumo de tabaco cuando, por otro lado, aprueba ayudas a la producción.
Los principales países que mantienen regímenes de subvenciones al carbón son Alemania (691.548 millones de pesetas en 2001), España (164.290), Francia (156.000) y Reino Unido (30.000 entre este año y el próximo). Buena parte de estas ayudas tiene su origen en el tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), que concluye el año que viene. Otra parte son ayudas estatales aportadas por los propios Gobiernos y autorizadas hasta ahora por Bruselas. Lo que ahora se propone en el citado documento es que las ayudas al sector se engloben en el régimen general de subvenciones, lo cual significaría su desaparición.
Con respecto al tabaco, los países más beneficiados de ayudas comunitarias son Grecia (62.000 millones el año pasado), Italia (58.000) y España (1.297), aunque también reciben fondos de menor cuantía Francia, Alemania, Portugal, Bélgica y Austria. Hoy, según datos manejados en Bruselas, el sector mantiene a 200.000 personas en la UE, en la mayoría de los casos en pequeñas explotaciones.
La incongruencia de mantener las ayudas al tabaco es más obvia si se tiene en cuenta que incluso algunos organismos públicos de algunos de esos países citados se han planteado incluso la posibilidad de presentar demandas judiciales contra las tabacaleras por los perjuicios sanitarios en los ciudadanos derivados de su actividad.
En el informe no se especifica en qué fecha concreta deberían desaparecer todas esas subvenciones, aunque fuentes de la Comisión señalan que debería hacerse en breve, probablemente a partir del año que viene o, como mucho, a partir de 2003.
Duro debate
En el seno del Colegio de Comisarios, no obstante, es muy probable que se produzca un duro debate al respecto, especialmente con las subvenciones al carbón, en buena parte mantenidas por razones sociales.
De hecho, aproximadamente una cuarta parte de las ayudas al carbón va destinada a la 'reducción de actividad', que incluye en ocasiones jubilaciones anticipadas y otros gastos sociales. Más de la mitad de las subvenciones, no obstante, siguen dedicadas al funcionamiento de las explotaciones.
El debate incluirá, muy probablemente, una discusión en paralelo sobre el futuro de las ayudas y subvenciones a la producción de energía procedente de centrales nucleares. La comisaria de Presupuestos, la ecologista alemana Michaele Schreyer, ya se ha decantado en varias ocasiones a favor de que desaparezca ese tipo de ayudas, mientras otros, como la comisaria de Transporte y Energía, la española Loyola de Palacio, mantiene tesis radicalmente opuestas.
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