El Kursaal de Moneo, elegido el mejor edificio de la Unión Europea
El arquitecto recibió ayer en Barcelona el Premio Mies van der Rohe
El Kursaal de San Sebastián de Rafael Moneo recibió ayer, de manos del alcalde de Barcelona, Joan Clos, un reconocimiento más, el Premio de la Unión Europea Mies van der Rohe. En el mismo acto, el alemán de 34 años Florian Nagler fue nombrado 'arquitecto emergente de la Unión Europea' y el brasileño Paulo Mendes da Rocha recogió el II Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana.
Cauto, humilde y algo apesadumbrado, como es habitual en él, Rafael Moneo dijo recoger el premio emocionado por tres motivos: por encontrarse en un edificio recuperado por su amigo -'del que tanto aprendí'- Ignasi de Solá-Morales (recientemente fallecido); por el nombre que lleva el galardón -'Mies van der Rohe fue, durante mi adolescencia, y antes de que llegara a Le Corbusier y Frank Lloyd Wright, mi primer contacto con la arquitectura moderna'-, y porque el galardón iba dirigido a una obra más que a su persona -'es bueno que los edificios pasen a tener su propia vida más allá del arquitecto'.
Lo cierto es que en sus apenas dos años de vida, el Kursaal de San Sebastián lleva ya tres destacados premios acumulados -el FAD, el de la Bienal, que recibiera la semana pasada, y este último, de la Unión Europea, dotado con 50.000 euros, unos ocho millones de pesetas- y se ha convertido, junto al Museo Romano de Mérida, en la obra más popular del arquitecto navarro.
Si bien nadie discute los méritos del Kursaal como mejor edificio europeo levantado en la Unión Europea en los dos últimos años, la decisión del jurado, finalmente unánime, no estuvo exenta de polémica. La razón es que el nuevo nombre y patrocinio del premio obligaba a no considerar edificios construidos o bien fuera de la Unión Europea o bien realizados por arquitectos no nativos de un país perteneciente a dicha comunidad, aunque sí fueran europeos.
Excluidos
Este cambio en la organización del premio descalificó proyectos tan significativos como la reforma de la Tate Modern en Londres, obra de los suizos Herzog y Meuron -galardonados con el último Premio Pritzker- o el Auditorio de Lucerna, realizado por el francés Jean Nouvel.
De entre los 200 edificios que optaban al premio, un jurado compuesto por los proyectistas Vittorio Magnano Lampugnani, Wiel Arets, Dominique Perrault, David Chipperfield, Elia Zenghelis, Luis Fernández Galiano y Esteve Bonell, entre otros, seleccionó los 40 edificios que formarán parte del catálogo del premio y que compondrán una exposición itinerante que viajará por Europa.
En esta ocasión, la séptima en que se concede el premio desde su creación en 1988, se otorgó por primera vez una Mención Especial a un arquitecto emergente, menor de 40 años y con un máximo de dos proyectos construidos. El muniqués Florian Nagler recibió la mención por su Centro de Distribución de Kaufmann Holz.
El tercer galardón fue para el brasileño Paulo Mendes da Rocha, que recogió el II Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana (dotado también con 50.000 euros) otorgado a su reforma de la Pinacoteca del Estado en Sao Paulo el año pasado.
Babelia
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