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La UE cree que el riesgo de propagación ha descendido

Gabriela Cañas

Los precios y el consumo de la carne bovina se empiezan a recuperar ligeramente. Así lo certificaron ayer en Bruselas los ministros de Agricultura de los Quince, que se mantienen en guardia contra la fiebre aftosa, si bien acarician la idea de que esta segunda crisis podría estar controlada en la Europa continental. Tras el primer brote detectado en Francia el pasado día 12 no ha vuelto a certificarse ningún caso nuevo fuera del Reino Unido. 'El riesgo disminuye cada día que pasa', aseveró la ministra alemana Renate Künast. El ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se mostró más cauto y, tras señalar que aún es demasiado pronto para echar las campanas al vuelo, aconsejó esperar una semana para conocer la evolución de la enfermedad.

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El ministro británico de Agricultura, Nick Brown, relató a sus colegas comunitarios la preocupante situación que vive el Reino Unido con los más de 300 brotes de fiebre aftosa por todo el país. Brown aseguró que el número de brotes irá en aumento en los próximos días, pero también aseguró que se trata de animales ya infectados y que espera que las medidas draconianas aplicadas en su país den resultado.

Sus colegas en el consejo mostraron su solidaridad con el Reino Unido y aplaudieron la gestión que está desarrollando respecto a esta crisis. Brown ni siquiera encabezó la petición de fondos comunitarios para combatirla. Francia y Bélgica lo hicieron por él.

Control en Francia

Francia presentó un exhaustivo informe en el que asegura tener en total cuarentena seis explotaciones en los que se han detectado 28 casos seropositivos y que el foco de fiebre aftosa confirmado en Mayenne el pasado martes está totalmente bajo control. Estos datos, unidos al hecho de no conocerse casos nuevos en Europa continental, ha ratificado a los ministros y a la Comisión Europea en su idea de que hay que evitar la vacuna, tanto generalizada como regionalizada. Todos estuvieron de acuerdo en que la mejor prevención es el sacrificio de animales afectados, la cuarentena, la inmovilización e incluso la destrucción de las reses sanas, un asunto ante el cual Alemania planteó dudas éticas.

El ministro francés Jean Glavany insistió hacer llegar a la opinión pública que ésta es una crisis ganadera, no una crisis de salud pública como puede ser la de las vacas locas.

Los ministros de Agricultura barajaron ayer en Bruselas cifras que siembran cierta esperanza sobre esa otra crisis, la peor en el terreno alimentario que ha vivido la Unión Europea. El consumo de vacuno se ha recuperado un poco y ha pasado del 27% al 25%. En España, del 40% se ha pasado al 35%, hecho que fue calificado por Arias Cañete como un tímido inicio de repunte.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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