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CRISIS SANITARIA

La UE condena parcialmente a Francia por no levantar el embargo de vacuno británico en 1999

El Tribunal de Justicia de Luxemburgo admite sin embargo que la normativa comunitaria era confusa por lo que la Comisión deberá pagar un tercio de las costas del juicio

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha condenado hoy parcialmente a Francia por no haber levantado en diciembre de 1999 el embargo sobre las importaciones de carne de vacuno "correctamente etiquetada" procedentes del Reino Unido. Sin embargo, los jueces dan en parte la razón al país galo al considerar que la normativa comunitaria sobre identificación y etiquetado "era poco clara".

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El Gobierno francés argumenta la falta de fiabilidad del régimen de control de la carne aplicado por el Reino Unido, sumida por aquel entonces en plena crisis de las vacas locas, la inexistencia de una armonización comunitaria en materia de etiquetado y rastreo y la insuficiencia de programas de pruebas de detección de la enfermedad.

El Tribunal considera en parte justificada la actuación del Gobierno francés por lo que condena a la Comisión Europea, autora del recurso contra ese país en enero del 2000, al pago de un tercio de las costas del juicio.

Los jueces comunitarios afirman, sin embargo, en su sentencia que Francia debía haber permitido la comercialización de la carne británica a partir del 30 de diciembre de 1999, aunque podía haber excluido los productos que no estuvieran correctamente marcados o etiquetados.

Normativa "poco clara"

El Tribunal destaca "la importancia para la protección de la salud pública de un sistema de rastreo fiable", y señala, además, que "algunas dificultades de aplicación de las decisiones comunitarias eran consecuencia de una normativa poco clara".

El Tribunal pone en entredicho así la decisión de la Comisión Europea que obligaba al levantamiento total del embargo a partir de agosto de 1999.

No obstante, señala que Francia tuvo tiempo suficiente, desde agosto hasta diciembre de ese año, fecha límite que la Comisión impuso a ese país para que respetara la decisión, para poner en marcha un sistema propio de etiquetado de los productos británicos.

En opinión de los jueces, el procedimiento seguido desde un principio por el Gobierno francés no fue el apropiado ya que podía haber presentado, con todas las cartas en su mano, un recurso de anulación contra la decisión comunitaria, siempre que lo hubiera hecho en el momento de su adopción, invocando entonces la existencia de lagunas en la legislación comunitaria.

"Ahora, sin embargo, Francia no puede, en el marco del procedimiento actual, argumentar dichos motivos para justificar su incumplimiento", destacaron las fuentes.

La Comisión Europea dio "facilidades" al Gobierno galo para que introdujera en su territorio, entre agosto y diciembre, un etiquetado de la carne británica, pero a pesar de ello la Agencia de Seguridad Alimentaria francesa se negó al levantamiento del embargo.

El comisario europeo de Protección de los Consumidores, David Byrne, se mostró, a pesar de las críticas realizadas por el Tribunal al Ejecutivo comunitario, satisfecho de la sentencia e instó a Francia a que respete el dictamen de los jueces, con la retirada de la prohibición que aplica a los envíos de ese país.

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