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Reportaje:

El renacer de la carne ecológica

La crisis de las 'vacas locas' relanza el mercado de alimentos sin aditivos en Euskadi

La denominada crisis de las vacas locas ha incidido de manera palpable en el mercado de alimentación ecológica que existe en el País Vasco, llegando a multiplicar la demanda de carne entre los consumidores y obligando a importar de otras comunidades estos productos ante la limitada oferta que existe en los tres territorios.

Cerca de un millar de familias vascas se encuentran actualmente asociadas en colectivos de consumidores ecológicos que gestionan sus suministros y cuentan con almacenes y comercios propios, una práctica que vive un momento especialmente dulce aunque se encuentra aún lejos de la implantación que tiene en otros países del entorno de la Unión Europea.

Todo parte de una conciencia alimentaria y de un espíritu crítico con el consumo. La agricultura y la ganadería ecológicas pretenden respetar los equilibrios naturales, por lo que eliminan los productos químicos fitosanitarios, es decir, no utilizan pesticidas ni herbicidas en el cultivo ni sustancias tratadas en la alimentación de los animales.

En el País Vasco existen actualmente 78 productores dedicados a esta actividad y que cultivan un total de 426 hectáreas de terreno, cifras que han crecido sustancialmente en los últimos años.

Sin embargo, no existen apenas ganaderos y la mayor parte de la carne que demandan los consumidores asociados procede de otras zonas como son Navarra y Cataluña. Se trata de mercancía centrada en ternera, cordero y pollo.

Desde la aparición del problema de las vacas locas, la demanda ha crecido de una manera muy significativa. En Guipúzcoa, por ejemplo, los responsables de la asociación Otarra han detectado que los pedidos que realizan han pasado a regularizarse cada quince días, cuando antes de estallar la crisis se llevaban a cabo cada dos o tres meses. 'Cuando surgió hace dos años el problema con los pollos de Bélgica que eran alimentados con dioxinas, ya se detectó un boom tremendo entre los consumidores', recuerda Arantza Arrieta, portavoz de la asociación guipuzcoana.

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Sonia González, de Bizigai, la asociación-cooperativa que agrupa a 125 familias de la provincia de Vizcaya, destaca que se ha detectado un aumento sustancial en los pedidos de carne 'aunque muchos de los socios son vegetarianos y la demanda de otro tipo de productos es mayor todavía'.

Más caros

El precio de los productos ecológicos supera entre un 10% y un 15% el de los convencionales, aunque las asociaciones se limitan a incrementar un 15% el coste de producción tras haber incluido el IVA correspondiente. En la actualidad se encuentra bajo el label ecológico todo tipo de alimentos, desde fruta hasta carnes, pasando por huevos o legumbres, pero cuando se crearon los tres principales colectivos vascos (Bio Alai en Álava, Otarra en Guipúzcoa y Bizigai en Vizcaya) las dificultades para conseguirlos eran mucho mayores.

Bio Alai agrupa actualmente a 339 familias alavesas y nació en 1994 con la intención de 'hacer más responsable la alimentación' a través de la 'autogestión del consumo'. Una de sus responsables, Natalia Mendoza, señala que el perfil humano de los asociados en estos colectivos se corresponde con personas de origen social diverso, aunque se detecta un nivel cultural medio alto y con un poder adquisitivo medio. No son mayoría los vegetarianos 'aunque los hay', asegura Mendoza.

Los productores de alimentos ecológicos consideran que ha llegado su momento y que la conciencia va a crecer en los próximos años porque los problemas en la cadena alimentaria seguirán surgiendo. 'Nosotros no estamos asustados con lo que está ocurriendo, porque sabemos que a menudo se trabaja sin escrúpulos', indica Sonia González, que entiende que a partir de ahora va a haber una incremento muy fuerte de ciudadanos que opten por la vía ecológica.

Los agricultores no dan abasto

Los agricultores que se dedican a la producción de alimentos ecológicos en Euskadi no dan abasto. Tomás Larrañaga, responsable de Eco Nekazaritza, colectivo que agrupa al sector terciario de carácter ecológico vasco, pone de relieve que el tiempo 'nos ha dado la razón' y en la actualidad la demanda supera con creces la oferta, especialmente en el terreno cárnico: 'Apenas existen ganaderos', sentencia. El tránsito de la agricultura convencional a la ecológica supone especialmente 'una reconversión mental' además de un periodo de tres años antes de conseguir la autorización oficial. Larrañaga cree que el cambio de mentalidad descansa en una filosofía: 'La tierra es un bien escaso y hay que dejársela en las mejores condiciones a nuestros hijos'. Dentro de este sector la venta directa es la que tiene más salidas en la actualidad, destinándose el 90% de la producción a exportar al resto de España. La crisis derivada del fenómeno de las 'vacas locas' se ha hecho notar entre los agricultores y ganaderos ecológicos, ya que la demanda ha crecido aún más y 'es muy complicado ahora' cubrir las expectativas de consumo.

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