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Seguridad alimentaria

Confirmado en Galicia el segundo caso de res afectada por el mal de las 'vacas locas'

La Xunta inmoviliza nuevas explotaciones ganaderas ante las sospechas de enfermedad

Xosé Hermida

La segunda vaca loca española se llamaba Elvira, era de ascendencia austriaca, vivía en una explotación de Coristanco (A Coruña) y fue sacrificada el 31 de agosto. Después de casi cuatro meses de análisis y discusiones científicas, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, confirmó ayer este nuevo caso positivo dando carta de naturaleza a las sospechas ya expresadas el pasado día 22, cuando se comunicó oficialmente el hallazgo del primer caso en España de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en otra res de una granja de Carballedo (Lugo). Fuentes oficiales de la Xunta confirmaron ayer que en los últimos días se han inmovilizado nuevas explotaciones ganaderas en Galicia, aunque no especificaron el número.

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Quejas de ganaderos

Elvira estaba muy débil, sufría flojera de patas -uno de los síntomas de la EEB- y su propietaria, María Castro, la llevó al matadero el pasado 31 de agosto. Ante el estado del animal, se tomó una muestra que fue enviada al laboratorio de referencia de la EEB para España, que dirige Juan Badiola en la Universidad de Zaragoza. "La muestra era un poco defectuosa", explicó ayer Badiola, "tal vez tardase algún tiempo en meterse en formol. Además, los síntomas no eran muy claros: no había trastornos nerviosos y ya se la había diagnosticado una mastitis".Todas estas circunstancias suscitaron durante semanas las dudas de los científicos después de haber hallado indicios de EEB. La muestra fue de Zaragoza a Londres, donde está el laboratorio más avanzado del mundo para el estudio de la enfermedad, y los datos seguían sin ser concluyentes. Finalmente, tras comparar datos con sus colegas británicos, el equipo de Badiola decidió certificar el caso como positivo. Al mismo tiempo, el laboratorio de Zaragoza también anunció que las otras 46 reses que habían convivido con Elvira y con Parrula, la vaca de Carballedo (Lugo) en cuyo caso ya se había confirmado la enfermedad, estaban perfectamente sanas.

En la comunidad gallega había hasta esta semana 46 explotaciones sometidas a cuarentena, con la prohibición de comprar y vender animales, después de que en ellas se hubiese hallado alguna res con síntomas nerviosos o muerta por enfermedades sin determinar. La medida se mantiene en pie hasta que se conozca el resultado de los análisis. Un portavoz de la Consejería de Agricultura confirmó ayer que el número de explotaciones inmovilizadas se ha incrementado estos días, aunque no pudo especificar el número.

Ganaderos cuyas granjas permanecen en cuarentena se quejan de la falta de información por parte de las autoridades. Xaquín López, presidente de la Federación de Empresarios de Producción Láctea (FEPLAC), tiene sus dos explotaciones de Mesía (A Coruña), que suman un millar de vacas, bloqueadas desde el pasado 15 de noviembre. La causa es una vaca con una pata enferma que fue sacrificada en el matadero dos semanas antes. Este periódico también ha comprobado el caso de otra granja de la comarca de Ferrol, cuyos propietarios pidieron el anonimato, que está en cuarentena desde el 8 de noviembre. Por término medio, el laboratorio completa los análisis en el plazo de diez días.Lo cierto es que las muestras procedentes de Galicia están llegando con cuentagotas al laboratorio de Zaragoza. Todavía ayer mismo se recibió un paquete con una decena. La pasada semana, el equipo de Badiola mostró su extrañeza al conocer por este periódico que en Galicia había 46 granjas inmovilizadas a la espera del resultado de los análisis. Antes de remitirlas a Zaragoza, la Xunta reúne las muestras, para ser clasificadas, en el laboratorio de sanidad animal que posee en Lugo, donde se carece de medios para diagnosticar la EEB. En cualquier caso, Badiola ha anunciado que este fin de semana podrá informar de los resultados de otros análisis practicados a reses gallegas.

El Ministro de Agricultura Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, consideró que los resultados negativos obtenidos hasta ahora en las muestras procedentes de animales constituyen un hecho "esperanzador y positivo". "No estamos ante una epidemia generalizada", dijo.

A esta lista de resultados negativos se deben añadir los de los primeros análisis practicados a cuatro reses de Castilla y León, dos de León, una de Valladolid y otra de Burgos, sospechosas de padecer la enfermedad, según anunció ayer el vicepresidente primero de la Junta de Castilla y León y consejero portavoz, José Manuel Fernández Santiago, informa Europa Press.

Fernández Santiago calificó de "muy esperanzadora para todos, y en especial para el sector" la noticia y añadió: "Aunque en Castilla y León contamos con un sistema de vigilancia muy celoso, no puede derivarse que tengamos un problema en la comunidad".

La primera sospecha de EEB en esta comunidad se detectó en un matadero de León que envió inmediatamente a analizar la res y preservó la canal del cadáver hasta la obtención de los resultados, que fueron negativos . La siguiente duda surgió en una explotación de Burgos donde se procedió a la inmediata incineración del animal. En ambos casos, la Consejería de Agricultura y Ganadería optó por mantener la actividad habitual en la cabaña de procedencia de ambos animales. El tercer caso se originó al hallarse abandonado el cadáver de una res en Valladolid.

Historia de 'Elvira'

A José Toja, en cuya granja de Cabana (A Coruña) nació hace cinco años Elvira, no le cogió de sorpresa el anuncio oficial del ministro de Agricultura. Cuando el pasado día 22 se llevaron para el sacrificio sus 23 cabezas de ganado, estaba convencido de que se acabaría por dictaminar que la res tenía EEB. La genealogía conocida de Elvira empieza hace seis años, cuando Toja compró una res de pintas blancas y rojizas, originaria de Austria, en una feria de Xinzo de Limia (Ourense). La vaca tuvo descendencia y de una de sus hijas nació Elvira, que Toja vendió hace un año a María Castro, una ganadera de la vecina localidad de Coristanco, que tenía una explotación con otras ocho reses, todas de raza rubia gallega.

Según sus vecinos, en la granja de María Castro no entraba ningún pienso de fábrica. Sólo la alimentaban con el maíz que producían sus fincas. Pero, en el verano, Elvira empezó a mostrar flojera de patas. El 31 de agosto la llevaron al matadero, y la carne quedó inmovilizada al tiempo que se le extraía una muestra para enviar al laboratorio. La enfermedad de Elvira, ahora confirmada, se llevó por delante a sus ocho compañeras de Coristanco y a las 23 con las que había convivido anteriormente. Todas fueron sacrificadas como medida precautoria hace dos semanas. Los análisis han revelado ahora que ninguna estaba enferma.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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