Trabajo dice que el sector de la fruta de Lleida sólo necesita 3.000 temporeros
La delegación del Departamento de Trabajo de la Generalitat en Lleida considera que la provincia sólo necesita 3.000 temporeros para cubrir la demanda de mano de obra que se genera durante la campaña de la recolección de la fruta. Este año han sido contratados por los empresarios agrícolas un total de 5.239 trabajadores de los 6.029 que se inscribieron en las 53 oficinas municipales.
A la hora de hacer balance de la temporada que se cerró en octubre, la delegada de Trabajo, Anna Miranda, reclamó para su departamento la potestad de fijar los contingentes de trabajadores en función de las necesidades reales de empleo, para evitar llegadas masivas de inmigrantes a las poblaciones frutícolas del Baix Segre como las que se produjeron el verano pasado. "Si pudiéramos determinar el número de temporeros, conseguiríamos que sólo vinieran aquellos que reúnen las condiciones para trabajar. Este objetivo se puede lograr mediante las contrataciones en origen", explicó Miranda.Los cálculos de Trabajo indican que con 3.000 temporeros se podría satisfacer la demanda de una campaña normal. Ésta es la cifra de contratados durante la tercera semana de agosto, momento álgido de la campaña. La estadística indica que la mitad de los contratos duraron una media de 30 días, que más de la mitad de los 6.000 temporeros tenían entre 25 y 39 años, y que el 60% eran extranjeros.
Miranda anunció que el próximo mes de enero las instituciones y los agentes sociales celebrarán una reunión para planificar la próxima campaña. Trabajo propone unificar las bases de datos en una misma bolsa de trabajo para evitar la duplicidad de inscripciones -el 8% se inscribió en más de una oficina- y la aglomeración de inmigrantes sin papeles en determinadas poblaciones.
Un informe social sobre la última campaña de la fruta señala cinco municipios especialmente conflictivos debido a la llegada masiva de temporeros, muchos de ellos sin tener regularizada su situación legal. Se trata de La Granja d'Escarp, Massalcoreig, Seròs, Soses, Aitona, Torres de Segre y Alcarràs. En estos casos, se insta a los ayuntamientos a asumir un programa de ayudas para atender las necesidades de las personas que llegan con expectativas de encontrar trabajo y que, al no obtenerlo, viven y duermen en las calles en condiciones muy precarias.
El informe evidencia que la contratación de temporeros en sus países de origen es un agravio comparativo para otros colectivos, entre los que cita a los trabajadores españoles que figuran en las bolsas del paro y a los africanos.
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