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La flota andaluza cumple un año de inactividad sin confianza en que se logre un acuerdo con Marruecos

El Gobierno y la Junta pretenden un tratado de cinco años con reducciones escalonadas

Las lonjas andaluzas han dejado de vender este año mercancía por valor de 8.000 millones de pesetas. Un tercio del empleo en la industria auxiliar se ha perdido y una buena parte de los 200 barcos que conformaban la flota que faenaba en Marruecos no volverá a hacerlo nunca. El próximo jueves se cumple un año del amarre de los pesqueros que han trabajado tradicionalmente en aguas marroquíes. Se llega a este aniversario del final del tratado de 1995 en una situación crítica: los negociadores comunitarios confiesan su desconcierto ante los modos del actual rey Mohamed VI. Marruecos no ha querido iniciar negociaciones agrícolas en paralelo y parece enrocado en una oferta mínima que el sector considera "inaceptable".

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Reconversión

La negociación del cuarto acuerdo con Marruecos desde que España entró en la Unión Europea (UE) está siendo completamente distinta a las de 1988, 1992 y 1995. En esta ocasión ya no está el rey Hassan II. Portavoces comunitarios admiten que todavía no conocen los "códigos" del nuevo monarca. El primer elemento de situaciones anteriores que no se repite es el rechazo de Rabat al inicio de negociaciones sobre nuevas concesiones agrícolas. Otra novedad es que los marroquíes publicaron en Internet, desde el primer día, su propuesta. "Algo que viola una norma no escrita de las relaciones internacionales", según una fuente diplomática.Para resolver este problema de interlocución, la Comisión Europea va a poner en marcha en los próximos días contactos del comisario Franz Fischler y el propio presidente Romano Prodi con el primer ministro marroquí Abderramán Yusufi. La presidencia francesa del Consejo de Ministros de la UE ha sido bastante tibia en este asunto. El presidente Jacques Chirac tiene previsto viajar a Madrid esta semana, para preparar la cumbre de Niza de la Unión. Será una ocasión para que el Gobierno español le pida una mayor presión sobre Rabat. "Se van a emplear todos los cartuchos de la presión política", afirman fuentes comunitarias.

Hay desconcierto ante el inmovilismo de Rabat en una oferta que los representantes andaluces consideran "inaceptable". Marruecos propone un tratado de dos años y reducir de 110 a 11 los marisqueros, dejar en 33 los 51 palangreros y dar sólo 14 licencias para los 35 barcos de Barbate que pescan el boquerón. También exige el desembarco de todas las capturas en puertos marroquíes y un mínimo del 25% del empleo para marineros de su país. Los marisqueros, que ahora podían faenar a 12 millas de la costa, tienen que retirarse hasta las 15 millas, y los barcos de cerco de Barbate se tienen que desplazar de dos a seis millas. Los cánones de los armadores subirían un 50% y Marruecos se reserva el derecho a cambiar su legislación y aplicarla sin previo aviso.

El ministro español, Miguel Arias Cañete, sostiene: "Si nos piden reconvertir el 90% de la flota industrial ahora y el 10% restante en dos años, para eso es mejor hacerlo todo ahora; queremos un buen acuerdo, no cualquier tipo de acuerdo". España pretende "un tratado de cinco años, que permita la reconversión gradual, la reubicación de las unidades y la diversificación de la economía en las zonas pesqueras". Si no hay acuerdo, el ministro ha reconocido que "el escenario está preparado; habría que negociarlo con armadores, cofradías y sindicatos y tendríamos que contar con financiación comunitaria específica".El consejero de Agricultura, Paulino Plata, sostiene que un acuerdo es "posible y necesario". "El 80% de las relaciones comerciales de Marruecos son con la UE y Europa puede hacer mucho por su desarrollo y estabilidad", concreta. Plata opina que "es fácil y no perjudicial para Marruecos que 150 barcos andaluces continúen en ese caladero durante cinco años; incluso más barcos, rotando con esas licencias". Arias Cañete precisa que es partidario de que "la UE colabore con el plan quinquenal de modernización pesquera marroquí, al que España haría un esfuerzo adicional, pero en paralelo debe haber un tratado de pesca por los mismos cinco años con la UE". Aunque haya acuerdo, el ministro tiene programados una serie de viajes en busca de nuevos caladeros: este mes a Senegal; en enero a Argelia y Mauritania (cuyo tratado con la UE termina el 31 de julio) y después a Túnez.

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El presidente de los armadores andaluces, Pedro Maza, admite que "si hay un nuevo tratado será el último y hay que empezar a buscar alternativas". Y apunta que "el sector debe invertir en comercialización; por Algeciras pasan todos los días más de 20 camiones con pescado fresco y mucho más congelado en contenedores". Maza se queja de la "escasa presión que la Comisión Europea ha realizado sobre Marruecos". Una entrevista publicada por el diario Libération de Rabat parece darle la razón. El delegado de la Comisión en Marruecos, Lucio Guerrato, en una sorprendente posición neutral dice: "Llegaremos a una conclusión que será insatisfactoria para todo el mundo: los españoles dirán que es vergonzosa, los marroquíes que los españoles van a saquear sus costas...".

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