"Año catastrófico" en Barbate
El año transcurrido sin faenar en los caladeros marroquíes ha bastado para arrasar la economía de Barbate, localidad gaditana de 22.000 habitantes. Las actividades indirectas han descendido un 80%. Son 35 barcos de cerco -con 689 hombres de tripulación, de 35 años de media-, sometidos a puestas a punto durante un año con la esperanza de enfilar de nuevo Cabo Espartel. Pero el futuro "es más bien negro", dice Antonio Varo, patrón mayor de la cofradía, quien califica el año de "catastrófico". La lonja pesquera ha pasado de vender 400 millones de pesetas mensuales a sólo 30 millones; la producción y venta de hielo ha descendido desde 1.200 toneladas a 153 al mes. Ocho de los 11 trabajadores están en regulación de empleo. En la lonja trabajaban 27 personas en noviembre de 1999, hoy sólo seis, que dependen del trabajo de los 55 barcos de la pesca artesanal que faenan en aguas propias. La otra flota, la de cerco, cubría cinco mareas semanales, yendo y regresando a aguas marroquíes en el mismo día. Entonces, Salvador Estudillo fabricaba hasta 10.000 cajas de madera diarias, con el apoyo de 10 empleados. Él y su hijo se bastan hoy para fabricar 600 cajas. La maquinaria, en la que invirtió 15 millones de pesetas el año pasado, sólo se conecta tres días al mes.
Con todo, la economía no es la única que ha notado las consecuencias: el narcotráfico se ha asentado con fuerza en la localidad. Han aflorado organizaciones y estructuras ilegales que producen elevados ingresos para cientos de familias. Las propias autoridades reconocen que el dinero del tráfico de hachís ha sustituido, en parte, a los ingresos pesqueros.
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