Italia cierra las fronteras a las reses francesas de más de 20 meses

El Gobierno italiano decidió ayer, tras varios días de vacilaciones, seguir el ejemplo español y cerrar las fronteras a la carne bovina francesa. Sólo se podrá importar animales vivos de menos de 20 meses de edad y carne del músculo; es decir, sin hueso. El Gobierno ratificó además el decreto que prohíbe las harinas animales en la alimentación de los bovinos. Los dos ministros que más han presionado para estas medidas han sido los del Partido Verde: el de Agricultura, Alfonso Pecoraro Scanio, y el de Políticas Comunitarias, Gianni Mattioli. Al final, la posición radical de ambos ha encontrado el apoyo del ministro de Sanidad, Umberto Veronisi, quien en el Parlamento ha subrayado el riesgo de la enfermedad de las vacas locas, una vez demostrada la posibilidad de contagio a los humanos. La decisión italiana, que ayer fue recibida con contrariedad por Francia, plantea importantes problemas de suministro al país, que está lejos de ser autosuficiente. Italia necesita importar un 40% de la carne, y a estas alturas, con buena parte de los países comunitarios afectados por el problema, las alternativas no son tantas. La medida preventiva adoptada ayer pretende, sobre todo, frenar el pánico que ha comenzado a extenderse en el país: las escuelas de decenas de localidades han retirado las carnes rojas de sus comedores.