Un error libera en alimentos de EE UU maíz transgénico no apto para consumo

Cosecha prohibida

El Gobierno norteamericano se ha visto obligado a rastrear y recuperar miles de toneladas de maíz transgénico, originariamente destinado a la alimentación animal, y que por error han acabado en la composición de productos de consumo tales como tacos, aperitivos o cereales. El maíz, llamado Starlink, creado por la compañía franco-alemana Aventis, no es peligroso para los humanos pero puede provocar reacciones alérgicas. Como consecuencia de esta confusión, cuyas causas se están investigando, Washington ha revocado por primera vez la licencia de una cosecha transgénica.Las autoridades federales están trabajando con Aventis para comprar de nuevo el maíz antes de que siga su camino en la cadena alimenticia, informó ayer el periódico The Washington Post. La empresa europea de biotecnología, fruto de la colaboración entre la francesa Rhone-Poulenc y la alemana Hoechst-Aktiengesellschaft y con sede en Luxemburgo, estima que el Starlink fue distribuido a más de 130 fábricas diseminadas por todo Estados Unidos y estima el coste de la recuperación en unos 20.000 millones de pesetas.

La primera evidencia del error surgió a finales del mes de septiembre cuando los populares restaurantes de comida mexicana, Taco Bell, propiedad de Kraft, a su vez parte del imperio Philip Morris, suspendieron la venta de algunos de sus productos al detectar la presencia de este maíz que no ha recibido aprobación federal para consumo humano. La semana pasada, la tercera cadena de supermercados norteamericana, Safeway, también decidió retirar sus tacos caseros tras haber sido denunciada por varias organizaciones contrarias al uso de productos transgénicos.

Como consecuencia de esta primera alerta y a la vista de que la amplitud de la confusión, la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (en inglés EPA) decidió el pasado 12 de octubre, revocar la licencia del Starlink, que a partir de ahora ya no se puede plantar. Es la primera vez que la EPA toma medidas contra una cosecha modificada genéticamente. Aventis decidió paralelamente la licencia comercial de su producto y financiar las labores de rastreo y detección de este maíz.El Starlink recibió el sello de la EPA en 1998 para ser utilizado en los piensos animales. Los tests no han demostrado que pueda tener un efecto nocivo sobre las personas salvo quizás provocar algunas reacciones alérgicas. El tema ha despertado, sin embargo, inquietud sobre el respeto de estas estipulaciones en el manejo diario de la cosecha y podría endurecer la actitud de la agencia medioambiental cuando a finales de este año caduquen las licencias de otras variedades modificadas como el algodón.

Este maíz transgénico se cultiva en pequeños lotes de grandes plantaciones y las primeras investigaciones apuntan a que se mezcló con las otras variedades de maíz por inadvertencia. Los agricultores que plantaron el Starlink se han quejado en estos últimos días sobre la falta de recomendaciones necesarias sobre cómo cultivarlo y almacenarlo. Se estima que se han plantado unas 158.000 hectáreas del maíz, sobre todo en el medio oeste. La confusión se habría producido en una fábrica de Tejas, propiedad de una empresa mexicana.