Unicef denuncia en Durban que cada minuto seis jóvenes se infectan de sida en el mundo
Las mujeres representan el 64% de los contagiados con edades entre los 15 y los 24 años
Cada minuto, seis personas de entre 15 y 24 años se infectan de VIH (virus que causa el sida), y de los más de 10 millones de jóvenes contagiados, un 64% son mujeres que no han cumplido los 25 años. En Europa, América y Asia central, el sida sigue teniendo sexo masculino mayoritariamente. Pero allí donde el sida está segando más vidas, en África y el sureste asiático, esta epidemia presenta la cara de una adolescente o una mujer joven. Son datos del último informe de Unicef, presentado ayer en la XIII Conferencia Internacional del Sida.
Una tercera parte de los infectados -es decir, 10,3 millones- tiene entre 15 y 24 años. Los contagiados menores de 15 años suman ya 1,3 millones. Y sólo en 1999 se estima que 860.000 niños de la escuela primaria en el África subsahariana han perdido algún profesor a causa del sida. Éstos son algunos de los titulares elegidos por el propio Unicef (su informe figura en la dirección www.unicef.org) para llamar la atención sobre este nuevo fenómeno: la juventud del sida, que está segando vidas en plena edad de la inocencia, en los mejores momentos de la pubertad, en la etapa reproductiva y productiva en muchos países en desarrollo.Las implicaciones del sida para los niños y los jóvenes tienen unas dimensiones aterradoras. Ya hay casi 11 millones de huérfanos. En Botsuana, una de cada tres mujeres jóvenes, frente a uno de cada siete jóvenes varones, está infectada. En Camboya son una de cada 33, frente a uno de cada 50. En el país anfitrión de esta conferencia, Suráfrica, el 20% de las jóvenes entre 13 y 19 años está también infectado. El Banco Mundial considera que la cifra total de jóvenes es seis veces mayor que la de chicos infectados. Es un fenómeno que va en aumento. En los años ochenta, las posibilidades de las mujeres de morir antes de acabar su vida reproductiva eran del 11%. Ahora son del 40%. Y, como enfatiza Unicef, muchas adolescentes ni siquiera saben que una persona con sida puede tener aspecto saludable.
El hecho de que las mujeres jóvenes estén siendo las más perjudicadas por esta epidemia no sólo aumenta la cifra de recién nacidos con sida (1.800 al día), sino que está poniendo en evidencia que en ciertas partes del planeta hay una cultura, unas creencias y un comportamiento sexual que en esta cumbre se consideran ya inaceptables. Desde la tribuna del plenario, Geeta Rao Gupta, de origen indio y que trabaja en el Centro de Investigación de la Mujer en Washington, recibió una de las más largas ovaciones cuando pidió a las organizaciones del sida que se unan a la lucha de la mujer porque los hábitos sexuales impuestos por el hombre en muchas zonas "están creando un ciclo de enfermedad y muerte".
En Suráfrica, por ejemplo, está extremadamente extendida la creencia de que un hombre con sida puede curarse si yace con una virgen. Y así es como Suráfrica tiene el más alto índice de violaciones del mundo y la mayoría de sus víctimas tienen entre 13 y 25 años. En esta franja de edad está, a su vez, la mayor incidencia del sida. Este país, sin embargo, no tiene leyes contra la pederastia. Otra práctica sexual muy extendida en África es el coito seco. Las mujeres usan detergentes, hierbas, trapos y algodones para lavarse y secarse previamente la vagina antes del coito y así complacer a los hombres. Dicha costumbre consigue despojar a la mujer de la flora vaginal que le podría defender mejor contra un contagio. Esa sequedad, además, facilita roces y heridas, lo que también favorece el contagio. De hecho, en algunas zonas se ha comprobado que hasta el 70% de las mujeres sufre dolor durante el coito. Estas prácticas y las enfermedades venéreas son parte de las causas.
La poligamia del hombre es otra tradición que favorece la transmisión del VIH. "El sida es aquí un problema cultural", dice Paulus Zulu, director de admisión del hospital McCord en Durban. "Nuestra provincia es la que más poligamia tiene y también, creo que por eso, la más afectada por el sida de toda Suráfrica. La emigración hace estragos. Los hombres vienen a la ciudad, tienen varias parejas y luego vuelven a casa y contagian a sus esposas en las zonas rurales. Y las mujeres no tienen posibilidades de hacer nada al respecto, porque el papel dominante del hombre aquí es absoluto. Pero yo diría que la solución es tratar a los hombres; no sólo dar poder a las mujeres".
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