El Proyecto Genoma acusa a Celera de utilizar datos públicos para su provecho
Los científicos del programa público ponen en duda el alcance del anuncio de Craig Venter
La carrrera entre proyectos públicos y empresas privadas por descifrar el genoma humano se ha vuelto aún más competitiva después de que la compañía norteamericana PE Celera Genomics anunciara el jueves que había secuenciado el genoma humano. La noticia ha sido recibida con escepticismo y malestar entre los científicos del Proyecto Genoma Humano, financiado con fondos públicos, que acusan a Celera de beneficiarse de los datos públicos para su provecho personal. Es el último episodio de una batalla científica que las dos plataformas de investigación mantienen desde hace casi dos años.
El anuncio de Celera, efectuado por su presidente, Craig Venter, centró la discusión que todos los viernes a mediodía mantienen los investigadores del Proyecto Genoma Humano, distribuidos en varias universidades de Estados Unidos y Europa, para hacer balance sobre el desarrollo de su investigación. Ayer, la conferencia telefónica se alargó más de hora y media.Una de las participantes aseguró ayer a EL PAÍS que la sensación general es de malestar y escepticismo. Elaine Mardis, subdirectora del Centro de Investigación del Genoma de la Universidad de Washington, en Saint Louis, una de las investigadoras que participan en el proyecto público desde 1993, señaló: "Mi primera reacción fue de escepticismo. Muchas veces las compañías tienen tendencia a anunciar algo al público que no siempre resulta lo que parece ser, algo que ocurre mucho últimamente en la biotecnología. Teniendo ahora más información, creo que seguimos sin tener muchos de los datos que necesitamos para establecer el mapa del genoma humano. Celera no tiene tanto como ha anunciado. Han conseguido determinar las secuencias de los trozos en los que han roto el genoma, pero no ensamblarlas, que es lo más difícil".
Los silencios de Venter
Mardis afirma que sus colegas creen que Venter se ha beneficiado de los datos del Proyecto Genoma Humano sin reconocerlo. "Lo que sobre todo no han dicho los de Celera, y es algo que he comentado con mis colegas, es que la compañía se ha beneficiado de la información que nosotros ponemos a la disposición del público en el Genebank. No he visto que nos citara en ninguna parte. No se ha reconocido nuestra labor. Esos datos están ahí para ser utilizados y compartidos por todos, pero el señor Venter los está utilizando para el provecho de su compañía".
La científica norteamericana se hacía eco de la inquietud manifestada el pasado jueves por el director del Proyecto Genoma Humano, Francis Collins, sobre la puesta a disposición del público de los datos de Celera. "La auténtica pregunta no es si compartirá o no la información, sino cuándo. El señor Venter ha dicho que hará públicos los datos cuando complete la secuencia, lo que puede tardar todavía tiempo, pero no ha sido muy claro sobre lo que realmente va a difundir. Parece que en un principio sólo divulgará las secuencias que ha encontrado y no el ensamblaje , que estaría reservado a sus cliente", dice Mardis.
Celera anunció ayer que las suscripciones para tener acceso a su banco de datos serían de 5.000 a 15.000 dólares al año para las universidades. Desde que se creó Celera hace 22 meses, la compañía privada ha entrado en una carrera con el proyecto financiado por el sector público para ver quién llega antes a la meta final: conocer todo el material genético del hombre.
El enfrentamiento ha pasado por diversas fases, que han incluido desde el anuncio conjunto de la secuenciación del genoma de la mosca Drosophila hasta acusaciones públicas sobre métodos de investigación.
The New York Times aseguraba ayer que las dos partes han intentado nuevamente fraguar un acuerdo de cooperación que no han conseguido alcanzar. Venter marcó el final de la tregua en su comparecencia ante el Comité de Asuntos Científicos de la Cámara de Representantes, el pasado jueves. El presidente de Celera criticó abiertamente los métodos de Proyecto Genoma Humano y la calidad del borrador del mapa genético que el consorcio público tiene previsto sacar el próximo mes de junio.
La disputa actual se basa en la definición de los criterios científicos aceptables para completar la secuencia del genoma humano. Criterios que son fundamentales para patentar los genes. Lo único en lo que están de acuerdo es en que estos genes no pueden ser patentados antes de que se determine cuál es su función y utilidad.
Trabajos complementarios
Mardis asegura que las dos investigaciones son finalmente complementarias. "Nosotros nos hemos centrado en elaborar el mapa de los genes más que en determinar las secuencias. Los que financian nuestro proyecto lo saben y saben que ésta es una labor compleja y lenta. Tarde o temprano, cuando Celera quiera secuenciar los fragmentos en que ha roto el genoma, tendrá que recurrir a nuestra investigación". Pero Mardis también ha querido subrayar la importancia de la competencia entre los dos sectores.
"En general la competencia con el sector privado ha sido muy beneficiosa y sana. Al final lo que importa es que vamos a encontrar algo realmente importante para la medicina. Es cierto que esta es una carrera que también tiene lados malos que a menudo son exagerados pero no por eso hay que menospreciar el descubrimiento de Celera, que es un paso adelante muy importante".
La reciente fiebre por los valores tecnológicos del mercado bursátil norteamericano se ha contagiado a las empresas de biotecnología cuyo valor se incrementa a cada nuevo descubrimiento.
Los inversores se precipitaron el pasado jueves a comprar acciones de Celera, después de que ésta anunciara que había conseguido secuenciar todos los pares de bases d el genoma humano. En una mañana sus acciones subieron un 25%. Pero el escepticismo con el que la comunidad científica norteamericana acogió ayer la noticia hizo perder a la compañía 14 enteros en la sesión de ayer.
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