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ALARMA EN ÁFRICA

Etiopía necesita 250.000 toneladas de víveres para salvar la vida a dos millones de personas

Ramón Lobo

Las 800.000 toneladas prometidas por la comunidad internacional para Etiopía este año sólo alejarán el peligro de muerte para millones de personas si comienzan a llegar de manera urgente a la zona. "Las necesidades se concentran en un plazo muy corto", asegura Ignacio Carreras, su director general de Intermon-Oxfam. "Si no se actúa con rapidez estaremos ante otra gran catástrofe". Sólo Etiopía necesita 250.000 toneladas de alimentos antes de junio, además de medicamentos y agua potable. La demanda a medio plazo de los seis países de África Oriental afectados supera los dos millones de toneladas.

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"No hay que esperar a que una tragedia esté en marcha"

De la región somalí, en el Ogadén etíope (al sur) ya comiezan a brotar las primeras imágenes de desnutrición extrema: niños esqueléticos y moribundos. El 80% de los animales pequeños de esta zona tradicional de pastoreo nómada ha muerto. Parte de la población se alimenta de trigo hervido en agua. Apenas quedan existencias de medicinas y empiezan a surgir las enfermedades. La poca agua existente es insalubre.El Programa Mundial de Alimentos (PMA), dependiente de la ONU, dio en diciembre la voz de alarma. Ahora, coincidiendo con los focos de la cumbre euroafricana de El Cairo, la Unión Europea (UE), Canadá y EEUU se han movilizado comprometiéndose al envío de 800.000 toneladas. Pero las necesidades a corto plazo para Etiopía son de 250.000 toneladas de víveres. El Gobierno de Addis Abeba dispone de una reserva de contingencia de 50.000, con la que está alimentando a los núcleos de mayor población.

"Hace falta ayuda y que ésta nos llegue de forma escalonada", sostiene Mariano Guim, responsable de Intermon-Oxfam para Etiopía. La única alternativa de transporte, por ahora, es el puerto de Yibuti, que tan sólo posee capacidad para dar entrada a 100.000 toneladas al mes. Guim reclama la intervención de la UE, EEUU y la Organización para la Unidad Africana para lograr la apertura de corredores humanitarios desde los puertos eritreos de Assab y Massawa. Este país ha presentado una oferta, pero Etiopía -que libra desde 1998 una guerra fronteriza con Eritrea- rechaza la propuesta por considerar que su enemigo se beneficiaría del tránsito de esa ayuda, como en 1986.

"La ayuda está de camino; ése no es el principal problema; el problema mayor es logístico, es hacérsela llegar a la gente", asegura Michael Curtis, portavoz del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria. "La escasa capacidad de los puertos y las guerras de Sudán y Eritrea o la inestable situación de Somalia no facilitan el trabajo", añade Curtis, quien reconoce que se están estudiando alternativas en Somalia. La guerra es un factor de esta crisis, reconoce el PMA, pero todas las organizaciones humanitarias destacadas en la zona recuerdan que el origen del problema es climático. Etiopía vive desde febrero hasta el verano de las lluvias llamadas belg. De ellas beben el 50% de los cultivos de un país agrícola. En los tres últimos años apenas han caído lluvias, las cosechas se han arruinado y la tierra, agrietado.

Las cifras presentadas por el PMA resultan elocuentes: son imprescindibles unas 250.000 toneladas antes de dos o tres meses para salvar la vida a dos millones de etíopes; 800.000 toneladas durante el resto del año para aliviar la situación de cerca de ocho millones más de personas, sólo en Etiopía, y unos dos millones de toneladas de víveres para socorrer a una población de cerca de 16 millones de personas en Sudán, Somalia, Eritrea, Uganda y Kenia. "Esto es Mozambique", dicen las ONG, "aquí va a ser necesario un esfuerzo prolongado y eficaz".

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