Dos técnicas de terapia genética muestran su eficacia en pacientes con riesgos vasculares
Primeros éxitos en humanos de las nuevas estrategias médicas de modificación del ADN
ENVIADO ESPECIALDos ensayos clínicos dados a conocer en el Congreso de la Sociedad Americana de Cardiología que se celebra estos días en Atlanta (Georgia, Estados Unidos) revelan que dos técnicas de terapia genética reducen notablemente el riesgo de sufrir un accidente vascular (obstrucción de una vena o de una arteria) en individuos con antecedentes de enfermedad cardiocirculatoria. Se trata de los primeros éxitos confirmados en humanos de las nuevas técnicas genéticas, que implican la modificación del ADN del paciente.
La estrategia más eficaz es favorecer la formación de nuevos vasos sanguíneos alrededor de aquéllos que se han visto dañados u obstruidos por la formación de un trombo que impide la circulación de la sangre, ya sea en el corazón (infartos), en el cerebro (trombosis cerebral) o en las extremidades.Las terapias actuales consisten en la administración de fármacos que disminuyen la formación de plaquetas, o bien utilizan la cirugía (by-pass) para restablecer el flujo sanguíneo. Estas técnicas no dan resultados permanentes, por lo que el desarrollo de mecanismos que induzcan la formación de nuevos vasos sanguíneos de una forma natural (angiogénesis) se considera una de las mejores alternativas.
De lo que se trata es de introducir genes en el organismo que fabriquen un tipo de proteínas (factores de crecimiento endotelial vascular, VEGFG) o induzcan la formación de células progenitoras endoteliales, que provocan la aparición de nuevos vasos sanguíneos.
Uno de los estudios dados a conocer en Atlanta, conocido como ensayo Prevent y llevado a cabo en el Hospital Quirúrgico de Brigham, en Boston, combina el uso de terapia genética con cirugía de by-pass convencional en enfermos con trombos en las piernas. A los pacientes se les efectuó un by-pass utilizando un vaso sanguíneo previamente bañado con un líquido que contenía fragmentos de ADN. Estos fragmentos estorban a unos genes que provocan la formación de capas anormales en la pared interna de la vena, lo que da lugar a una obstrucción. Los resultados, indicó Michael Mann, coordinador del estudio, demuestran que los pacientes tratados así sufrieron menos de la mitad de recaídas tras el primer año de aplicación que aquellos a los que sólo se practicó un by-pass.
En un segundo estudio, realizado en el Saint Elizabeth"s Medical Center de Boston, se trató a 30 pacientes afectados de angina de pecho con VEGF mediante una pequeña intervención quirúrgica. En 15 de ellos desaparecieron los síntomas de la enfermedad pese a un incremento de la actividad física.
Cordón umbilical
El tercero de los estudios se encuentra aún en una fase más temprana, y usa células progenitoras endoteliales obtenidas del cordón umbilical como método para la formación de nuevos vasos sanguíneos. Investigadores de la Universidad de Kurume, en Japón, han demostrado en modelos animales que puede mejorarse notablemente el flujo sanguíneo. La aplicación de esta técnica en humanos se está realizando con 178 pacientes en el Centro Médico Hennepin de Minneapolis. A 120 días de su inicio, se ha demostrado que el método no supone riesgos, pero aún es pronto para saber si resulta en un beneficio terapéutico claro en relación a otros procedimientos.Por otro lado, investigadores del Hospital de Niños de la Escuela Médica de Harvard, en Boston, dieron a conocer la primera válvula cardíaca obtenida únicamente a partir de técnicas de laboratorio. Seis de las válvulas fueron implantadas a ovejas con "resultados satisfactorios", señaló Simon Hoerstrup, miembro del equipo. La válvula se construyó con células tomadas de la pared interna de los vasos sanguíneos y luego cultivadas.
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