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Economía bloquea el aumento de la ayuda al desarrollo hasta el 0,30% del PNB

Rodrigo Rato logra que no se apruebe en esta legislatura el Plan Director de la Cooperación

Rodrigo Rato perdió una batalla el año pasado, pero la guerra no está aún acabada. El vicepresidente económico del Gobierno acaba incluso de apuntarse un tanto en el largo conflicto que le enfrenta a Asuntos Exteriores por el control de la cooperación española. En esta legislatura no se aprobará, en contra de lo previsto, el Plan Director de la Cooperación que hubiese otorgado un mayor control de esta política a la diplomacia española, en detrimento de Economía, y obligaba además a incrementar la Ayuda Oficial al Desarrollo en un 0,05% (unos 50.000 millones) hasta el 2.002.

A finales del año pasado el huracán Mitch arrasó parte de Centroamérica. El Gobierno español puso entonces, por ejemplo, a disposición de El Salvador 2.325 millones de pesetas en créditos blandos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD).Hasta la fecha, el Ejecutivo salvadoreño no ha recibido, sin embargo, ni un duro. Pretendía dedicar esos recursos a la construcción de vivienda social pero el proyecto no encaja con el modelo de exportación de materiales españoles que prevé el FAD. En total, de los 53.514 millones en créditos para Centroamérica aprobados tras el Mitch sólo se ha ejecutado el 4%.

Estos datos, proporcionados la semana pasada por Intermón, ilustran, según el presidente de esta ONG, Ignasi Carreras, "la descoordinación y las tensiones entre Economía y Exteriores a propósito de la cooperación y merman su eficacia y su calidad".

Hace 16 meses el problema parecía, sin embargo, casi resuelto. El Congreso aprobó por cuasi unanimidad la ley de cooperación que convierte al ministro de Exteriores en el "responsable de la dirección de la política de cooperación". Estipula además que los FAD deben financiar prioritariamente proyectos relacionados con la sanidad y la educación en detrimento de telecomunicacioones o infrastructuras como aficionaba Economía.

Objetivos geográficos

La ley debía ser desarrollada rápidamente por seis decretos y, sobre todo, por el Plan Director que, a finales de la primavera, gozaba de un amplio consenso. El documento pactado preveía concentrar el 70% de la ayuda oficial (208.000 millones en 1998) en 26 países preferentes, dedicarla esencialmente a erradicar la pobreza y coordinar mejor el FAD, que gestiona Economía, con el resto de la cooperación.

El plan comprometía además al Gobierno a incrementar la ayuda al desarrollo del 0,25% del PNB, en 1998, hasta el 0,30% en el 2002, una cantidad inferior a la media de la UE (0,34%) y muy por debajo de la recomendada por la ONU (0,7%).

Aprobado, tras una amplia consulta, por todas las instancias, desde el Consejo de Cooperación al Desarrollo hasta la Comisión interministerial de cooperación, el plan no ha sido aún sometido al Consejo de Ministros. Pese a ello, el titular de Exteriores, Abel Matutes, y el secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga, aseguraban todavía en septiembre que el Gobierno presentará y hará aprobar el documento, "piedra angular de la cooperación", antes de que acabe la legislatura.

Por mucha prisa que se dé ya no le dará tiempo. Para las ONG y la oposición socialista el retraso tiene un culpable: Rato. "Economía está tomando el pelo a la sociedad y a las ONG", denunció Pepe Mejía, portavoz de la Plataforma 0,7%. "Lo preocupante es que, con el escaso esfuerzo presupuestario que se va a hacer en el 2000 para aumentar la ayuda, será imposible alcanzar dos años después el ansiado 0,30%", añade Carreras.

Además de atacar a Economía, la oposición socialista ha arremetido contra Matutes. "Creo que el ministro de Exteriores no es capaz de hacer cumplir la ley", declaró Francisco Fuentes, el portavoz del PSOE para la cooperación, cuando preguntó, en septiembre, al Gobierno en el Congreso sobre la demora del plan y le contestó Rato en lugar de Matutes, el responsable del área. "Exteriores no tiene el suficiente peso político frente a Economía", se queja Carreras.

Fuentes esgrimió dos razones que, según él, explican el bloqueo y en círculos diplomáticos consultados por este periódico se asegura que ambas aclaran en buena medida las reticencias de Rato. Economía no acepta, en primer lugar, el horizonte presupuestario del 0,30% en el 2002. Economía se resiste además a perder su independencia en la gestión de los FAD.

Villalonga lo desmiente tajantemente: "Economía no tiene ninguna objeción de carácter presupuestario. Es una ridiculez decir que no se acepta una pérdida de autonomía por parte de ese ministerio" porque "el plan director para nada afecta a la autonomía o a la competencia" en el manejo de instrumentos financieros.

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