Argentina rinde culto a la memoria de Borges

El año del centenario de Jorge Luis Borges llega hoy al día D, pues hace 100 años nacía en la calle de Tucumán, en pleno centro de Buenos Aires, el que para muchos argentinos es el patriarca de las letras y el escritor de mayor proyección internacional, que acarició pero jamás obtuvo el Premio Nobel. Sus fieles y algunos especialistas en mercadotecnia celebran desde hace meses la efeméride y han lanzado para el consumo todo tipo de recordatorios del homenajeado. Ediciones de textos inéditos o supuestamente inéditos, nuevas biografías, mesas redondas, conferencias, debates, artículos, películas, documentales, exposiciones, carteles, monedas y sellos con la efigie del escritor son los ingredientes de una nueva fiebre: la borgesmanía.El Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires ha abierto sus puertas a la muestra itinerante, organizada por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que se inauguró el 31 de marzo en Venecia por María Kodama, viuda del escritor, siguió a París y llegará a Madrid en otoño. Se trata de una exposición de libros, manuscritos, discos y reliquias diversas que pertenecieron al escritor -un pisapapeles, miniaturas, medallas, etcétera-. También hoy se inaugura una colección permanente de manuscritos, documentos, libros y otras pertenencias del escritor, que quedará instalada en el proyectado museo en el lugar donde nació Borges. En el terreno editorial, la borgesmanía ha llenado los estantes de las librerías con textos vinculados al autor. En abril pasado, ya fue el protagonista indiscutible de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Una recopilación de obras, reseñas y traducciones inéditas, o una antología de cuentos memorables, o las lecciones de literatura de un profesor, crítico y traductor, basadas en la obra del autor, o una enciclopedia para quienes quieran saber de Borges de la A a la Z, son algunas de las novedades. A esto se añade el único texto autobiográfico que no ha sido publicado en Argentina hasta este año, con motivo del centenario. En realidad, no es un libro exclusivo de Borges, porque el escritor lo dictó a Norman Thomas di Giovanni, en inglés, los primeros meses de 1970. Fue traducido al portugués, italiano y alemán, y lo publicó la revista New Yorker.

Vocación precoz

"Empecé a escribir cuando tenía seis o siete años. Trataba de imitar a clásicos españoles como Cervantes. Había compuesto en un inglés muy malo una especie de manual de mitología griega. Ésa puede haber sido mi primera incursión literaria", escribió Borges. "A los nueve años traduje El príncipe feliz, de Oscar Wilde, que fue publicado en El País, uno de los diarios de Buenos Aires". "En el transcurso de una vida consagrada a la literatura he leído muy pocas novelas, y en la mayoría de los casos sólo he llegado a la última página por sentido del deber. Al mismo tiempo, siempre he sido un gran lector de cuentos. Stevenson, Kipling, James, Conrad, Poe, Chesterton y los cuentos de Las mil y una noches en la versión de Lane forman parte de mis lecturas habituales desde que tengo memoria". En esta autobiografía, nunca menciona a Perón por su nombre, sino que se refiere a "un presidente de cuyo nombre no quiero acordarme".Textos olvidados, que por razones misteriosas no llegaron a las páginas de las obras completas, han sido rescatados este año a modo de contribución al centenario de Borges. El relato La hermosa de Eloísa es uno de ellos. Escrito a cuatro manos en los años cincuenta, junto a Luisa Mercedes Levinson, fue publicado en 1955 por la pequeña editorial Ene. Agotada la edición, el texto no volvió a circular.

Borges merece estos días el comentario de destacados autores de la literatura universal. Ernesto Sábato escribe: "Gracias a su genio logró dar forma a lo que era un supuesto del Círculo de Viena: convertir la metafísica en una rama de la literatura fantástica". Carlos Fuentes responde a las críticas de antiargentinidad que ha recibido Borges, para afirmar que "toda discusión sobre la argentinidad, la latinoamericanidad o la europeidad de Borges cae por la propia fealdad de las palabras". Tomás Eloy Martínez lamenta que su inmensa fama esté impidiendo leer al inmenso Borges. "Lo que se lee ahora es, ante todo, el personaje que dejó tras de sí: ese anciano sabio y ciego que tenía respuestas para todas las preguntas del mundo". El premio Nobel José Saramago ha reconocido estos días en Buenos Aires la influencia que ejercieron en su literatura Borges y Kafka.

El dedo en la llaga

El ensayista y cineasta Edgardo Cozarinsky ha puesto el dedo en la llaga al señalar que los adversarios de Borges se han sumido en el olvido o la insignificancia, y que hace tiempo que el escritor "padece el engañoso halago de un reconocimiento unánime". Porque, ciertamente, hubo una época en que Borges era en su país un escritor incómodo y molesto. Entre los numerosos libros que han salido de imprenta este año merece una mención una antología de textos que cuestionan la obra, las actitudes polémicas y las declaraciones políticas del escritor. Bajo el título Anti-Borges reúne algunas de las voces críticas que acompañaron al autor. Hay comentarios demoledores como el de Enrique Anderson Imbert, que escribía en 1933: "Sus libritos, engendrados sin sangre y sin fuerza en sus entrañas mal alimentadas, van apareciendo año tras año, pero muertos". O el artículo escrito en 1977 desde el exilio en México por Pedro Orgambide, que entre el dolor y la indignación exige una explicación y una disculpa ante el pueblo argentino por su apoyo a la dictadura. Borges pidió perdón más tarde, en un gesto que quedó para la posteridad.Hoy, durante 12 horas, diversas figuras argentinas leerán fragmentos de la obra del escritor en un maratón que será retransmitido por radio y televisión. El banco central pone en circulación un millón de monedas de dos pesos con la imagen de Borges, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que en Argentina hay 2,3 millones de monedas en circulación. Además se han acuñado dos series restringidas de monedas de oro y plata para coleccionistas. Varias series de sellos del escritor circulan este año en Argentina, grandes carteles con una célebre foto del escritor empiezan a poblar las calles, y en los colegios, los más chicos también recordarán al autor que hoy cumpliría 100 años.