Intensidad, levedad y rareza

El escritor Antonio Muñoz Molina es uno de los pocos escritores españoles que no cuenta anécdotas sobre Jorge Luis Borges, pero reconoce que cuando empezó a escribir el poeta, filósofo y prosista argentino le cambió su idea sobre la literatura. "Tenía, aparte de ser un inventor de historias y un poeta maravilloso, la ventaja de que te daba una relación distinta con el lenguaje literario, menos retórico y lleno de ironía", recuerda Muñoz Molina. "Al mismo tiempo, te servía para descubrir a un montón de escritores, que sin él no los habría descubierto, como Chesterton o Bioy Casares; te hacía ver también, de otra manera, a otros como Cervantes o Quevedo".La influencia de Borges es tan importante, según el autor de Plenilunio, como la de Rubén Darío en su momento. En este sentido destaca la intensidad permanente de todo lo que escribió, ya fuera un relato, un poema o una crítica de cine. Una de sus grandes lecciones, en opinión de Muñoz Molina, es la precisión: "Las palabras son muy abstractas y si no se cuidan tienden a lo nebuloso; Borges me dio mucha conciencia de que había que controlar eso".

"Una de nuestras mayores suertes es haber sido contemporáneo suyo". El director del Instituto Cervantes, Fernando Rodríguez Lafuente, se explicaba así ayer poco antes de llegar a San Lorenzo de El Escorial para intervenir en un curso sobre Las fronteras del escritor. El regreso de los galeones. El gran hallazgo de la obra literaria del escritor argentino es, según Rodríguez Lafuente, "haber incorporado los descubrimientos de las vanguardias históricas de los años veinte a la tradición literaria". El director del Cervantes, que es miembro de la Fundación Borges, con la que prepara la edición crítica de las obras completas del autor argentino, valora especialmente el uso del lenguaje del escritor argentino por su "intensidad, levedad y rareza".

Abel Posse, otro de los participantes en el curso Las fronteras del escritor, añadía después que ha sido la literatura lo que les ha permitido a los americanos llegar a una reflexión profunda de "nuestra realidad, más honda que las que hemos podido tener a través de las filosofías importadas". En este sentido, consideró que el mejor homenaje que se le puede hacer a Borges en el centenario de su nacimiento es reconocer su capacidad de posibilitar la reflexión, porque la verdad profunda de la literatura es ese salto que va desde lo anecdótico a lo filosófico y de la vida al misterio".