La UE considera dañinas las hormonas utilizadas en la carne de EE UU
Un informe científico respalda el embargo al vacuno norteamericano
El Comité Científico para Asuntos Veterinarios de la Comisión Europea declaró ayer que seis hormonas para engorde de ganado, detectadas en partidas de carne procedente de EEUU supuestamente libre de ellas, entrañan riesgos para la salud. Algunas son potencialmente cancerígenas y otras pueden afectar "al desarrollo mental". Son el 17b estradiol, la progesterona, la testosterona, el zenarol, la trembolona y el acetato de melengestrol.
Según el informe de los científicos comunitarios, el consumo de carne con hormonas entraña más riesgo para la población infantil que para los adultos. La portavoz del comité, Johana Gremmels, afirmó que diversos estudios demuestran que en EEUU, debido a la alimentación, las tasas de cáncer de próstata y de mama son mayores que en Europa.Los científicos europeos creen probado que la hormona 17b estradiol es cancerígena. Las cinco hormonas restantes, y en particular el acetato de melengestrol, pueden ser dañinas para los sistemas endocrino e inmunológico, y para el desarrollo del cerebro. Estas cinco últimas también pueden resultar cancerígenas, pero el comité admite que no tiene aún la certeza de que lo sean a las dosis habituales en la carne estadounidense.
Para los científicos, los controles que se aplican para detectar los residuos de hormonas en la carne son deficientes en EEUU, e insuficientes en Canadá. En EEUU no hay control para los residuos de 17b estradiol, progesterona y testosterona, y tampoco desde 1989 para el zeranol, ni para el acetato de melengestrol desde 1990.
El informe del comité es el último acto de la guerra comercial larvada entre la UE y EEUU sobre la carne. La UE anunció ayer que presentará esos resultados ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) el próximo día 13, para justificar el embargo decretado contra la carne estadounidense hormonada desde 1989. La UE amplió la pasada semana dicho embargo a toda la carne de EE UU, de la que Europa venía importando 7.000 toneladas al año (por valor de 3.000 millones de pesetas), tras haber detectado hormonas en algunas partidas supuestamente libres de ellas.
La OMC había considerado que el embargo europeo no estaba justificado científicamente, y dio de plazo a la UE hasta el 14 de mayo para aportar pruebas. Pese a las conclusiones de ayer, si la UE quiere prorrogar indefinidamente el embargo, los científicos comunitarios deben presentar un informe definitivo, que Bruselas no tendrá antes del plazo marcado por la OMC. De los 17 estudios iniciados, los expertos sólo han culminado la mitad.
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