La vitalidad de la literatura colombiana

ENVIADA ESPECIAL"Ya es hora de que el país en su conjunto, los gobernantes y todo el mundo, se enteren de que la mejor arma que tenemos es la cultura", afirmó Fernando Quiroz, director de Artes, Área de Literatura del Ministerio de Cultura colombiano.

El acto más masivo de la feria ha sido la presentación de la edición colombiana de La amigdalitis de Tarzán (Alfaguara), del autor peruano Alfredo Bryce Echenique. Bryce destacó como uno de los grandes valores de la literatura latinoamericana el arte de contar historias. "Las mejores historias suceden a los que saben contarlas. Nosotros dedicamos mucho tiempo a escuchar y a contarles a los otros".

Bryce Echenique firmó numerosos ejemplares de su libro, igual que Germán Castro Caycedo, el autor que más vende en el país después de Gabriel García Márquez. De sus 12 libros publicados lleva vendidos más de un millón de ejemplares. Ha promocionado en la feria su último libro, Hágase tu voluntad (Planeta), que aparecerá en España en septiembre. Es la crónica intensa de la resistencia de una tribu indígena que defiende desde hace un siglo, en el corazón de la selva amazónica, su libertad, su cultura y su territorio.

Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios y El río del tiempo, entre otras novelas), considerado el escritor colombiano más rebelde y audaz, no acudió a la presentación de La tautología darwinista y otros ensayos de biología, que ha publicado la pequeña y exquisita editorial colombiana Número Ediciones. El profesor Javier H. Murillo aseguró en la presentación que es "el más temerario de los libros que haya publicado un literato colombiano".

El título estrella

Rosario Tijeras (Plaza & Janés), de Jorge Franco Ramos, nacido en Medellín hace 36 años, ha sido el libro de la feria. El primer fin de semana se agotó una edición y, para desesperación de los lectores, no hubo ejemplares durante varios días, hasta que la editorial reimprimió otras 3.000 copias. El jueves pasado, en menos de dos horas se acabaron los 70 ejemplares que llegaron a una de las casetas de Plaza & Janés. Franco Ramos, que no esperaba este éxito, los firmó conmovido. La novela, tercer libro del autor, narra la historia de amor entre una bella y joven sicaria, Rosario Tijeras, y dos jóvenes de la alta sociedad en el Medellín de los años ochenta. "El telón de fondo es la violencia del narcoterrorismo, aunque esta palabra no aparece más que en la contraportada", contó Ramos.

"Rosario es un personaje de ficción basado en historias reales que investigué de jóvenes casi niñas que se hicieron sicarias, no por ascender en el escalafón de los narcos, sino por odio, porque habían sido maltratadas, violadas, por venganza".

Ramos es uno de los ejemplos de los nuevos escritores colombianos que intentan hacerse un lugar bajo el sol, buscando sus propios caminos. El tema que trata Rosario Tijeras apasiona a los colombianos y no es de extrañar que haya sido uno de los éxitos de la feria, pero hay otros jóvenes narradores que abordan los más diversos asuntos. Por ejemplo, Enrique Serrano, que en La marca hispánica explora la influencia de la cultura árabe en Colombia, o Juan Gabriel Vásquez, que desarrolla la acción de Persona en Florencia, donde la vida de una pareja de colombianos se cruza con otra de italianos.

El tema del exilio es tratado con distancia, aunque está presente en la antología Veinte asedios al amor y a la muerte. El cuento colombiano, al borde del siglo XXI, reúne 20 relatos que representan un mapa actual de la narrativa breve colombiana. La selección y el prólogo corren a cargo de Eduardo García Aguilar, un autor de prestigio en Colombia. Hay muchos más.

La enorme creatividad es similar a la de otros países latinoamericanos. "El boom no se repetirá", asegura el escritor Gustavo González Zafra, "pero existe cada vez más curiosidad por lo que ocurre literariamente a este lado del Atlántico". Y citó la acogida en Europa del chileno Luis Sepúlveda, la cubana Zoe Valdés y el colombiano Fernando Vallejo.