Parte de la ayuda internacional enviada a Tirana ha desaparecido

Una parte de las ayudas internacionales llegadas a Albania para paliar las carencias de las decenas de miles de kosovares que han encontrado refugio en el país ha desaparecido misteriosamente en el camino entre el aeropuerto de Rinas y los campos de refugiados de Durres, Kavaja, Kukes o Tirana.La prensa italiana denunciaba ayer la "pérdida" en circunstancias poco claras del material de ayuda humanitaria enviado desde Viena, Pakistán, Italia y Arabia Saudí que llegó a Albania los días 3 y 4 de abril. Se trataría de toneladas de mantas, leche y material sanitario llegado a Albania el 3 de abril en la nave Tirana, procedente del puerto italiano de Brindisi; tres camiones cargados con mantas, tiendas y bidones de agua procedentes de Trieste que llegaron al país balcánico el mismo día, y varios centenares de tiendas de campaña, mantas y paquetes de medicinas llegados el mismo día de Pakistán, además de 18 toneladas de alimentos y ropa procedentes de Austria. Tampoco está claro el paradero de varios cargamentos de ayuda llegados a Tirana los días 4 y 5 de abril.

Los diarios italianos responsabilizan de esto al comité de emergencia albanés, dirigido por un alto cargo del Gobierno del ex primer ministro socialista Fatos Nano, Kastriot Islamí. Dentro del comité se encuadra la Oficina de Coordinación de Donaciones y Aduanas, cuya dirección le ha sido encomendada a un amigo del jefe del Ejecutivo albanés, Pandeli Majko.

Control directo

En un intento de poner fin a esta situación, la responsable de la misión del Ministerio de Finanzas italiano en Albania, Natalia Cea, y el alcalde de Durres han solicitado al Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el control de estos suministros. La idea es eliminar obstáculos burocráticos y agilizar la distribución.Pero, más allá de los peligros que entraña la corrupción en Albania, nada remotos si se tiene en cuenta que la autopista que une el aeropuerto de Rinas con Tirana quedó en su día a medias por la evaporación misteriosa de los fondos de ayuda comunitaria destinados a la obra, son muchas las voces que lamentan la ausencia de voluntarios. Pese a la enorme publicidad de la operación de ayuda italiana, que ha recogido hasta ahora unos 350 millones de pesetas de los ciudadanos de a pie, lo cierto es que la presencia occidental en los campos sigue siendo escasa. Un sacerdote italiano, Antonio Sciarra, relataba ayer al Corriere della Sera la sorpresa que le produjo llegar el 31 de marzo a Kukes, en la frontera con Kosovo, convencido de ser el último "samaritano" en acudir, y no encontrarse nada. La pobreza extrema, la corrupción y la inseguridad han hecho de Albania un país extremadamente difícil para las tareas humanitarias.