Los 500.000 kosovares que huyen de la represión serbia se enfrentan a la saturación de los países vecinos
Europa ha regresado a su peor pesadilla. Las cifras varían según las fuentes, aunque todas apuntan a una catástrofe. Los desplazados vuelven a cubrir el paisaje de desolación: 500.000 civiles albanokosovares, según la Alianza, han abandonado sus casas y tratan de entrar en Albania, Montenegro, Macedonia o Bosnia-Herzegovina. Macedonia, saturada, anunció ayer que todos los refugiados que llegaran desde ese momento al país deberán dirigirse hacia otros países.En una conferencia de prensa, la viceprimera ministra de Macedonia, Radmila Kiprianova, informó de que su país ya tiene completo su cupo de 20.000 refugiados, tope que, de superarse, podría "desestabilizarlo". La ex república yugoslava tiene dos millones de habitantes, de los que una cuarta parte son de origen albanés.
La mitad de los refugiados kosovares, 250.000, se encuentran todavía en Kosovo, y los que consiguen traspasar cada día la frontera son unos 35.000. El portavoz de la OTAN, Jamie Shea, aseguró ayer que la crisis de Kosovo ha puesto a Europa ante "la mayor catástrofe humanitaria desde la II Guerra Mundial". Lo que podría parecer consecuencia directa de los bombardeos sobre Yugoslavia es, según las organizaciones humanitarias y la OTAN, fruto de una política planificada de "violencia, lucha y expulsiones forzosas de la población albanesa" en Kosovo, según dijo ayer el portavoz del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Kris Janovski. Otros miembros del ACNUR confesaron ayer que las condiciones de trabajo en la zona son "extremadamente complicadas", porque al éxodo masivo se une cierto "sentimiento contra los extranjeros".
La Unión Europea ha reaccionado ante la crisis prometiendo fondos para los países receptores de refugiados que podrían alcanzar los 20 millones de euros (unos 3.300 millones de pesetas). De hecho, la pasada semana ya destinó dos millones de euros para los casi 40.000 albanokosovares refugiados en Macedonia. Ayer, también se reunieron en Bruselas el secretario general de la OTAN, Javier Solana, y la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Emma Bonino, para estudiar la crisis de los refugiados y coordinar las ayudas. Bonino viajará a Albania donde, según dijo ayer, hay cerca de 100.000 refugiados.
Los problemas de los refugiados que han cruzado la frontera se solucionan con recursos, pero hay un cuarto de millón de desplazados que permanecen dentro de territorio kosovar. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Robin Cook, afirmó ayer que 150.000 personas se dirigen a las fronteras, pero que varios miles han sido internadas en campos de concentración serbios en las áreas de Prizren y Srbica. "Recordamos el modo en que muchos refugiados fueron concentrados y ejecutados por Serbia en la guerra de Bosnia".
El ministro también denunció que a las tropas de la policía y del Ejército serbios se han unido grupos paramilitares. Según Cook, los Tigres del guerrillero serbio Arkan, requerido como criminal de guerra por su actuación en Bosnia, y los paramilitares de los Lobos de Vukjac han tomado posiciones en Kosovo.
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