Los soldados ucranios que combaten contra los norcoreanos: “Disparan bien, se mueven bien, pero los utilizan como carne de cañón”

Los hombres del 1º Batallón del 8º Regimiento de las Fuerzas Especiales de Ucrania recibieron en diciembre de 2024 una orden como ninguna otra antes: debían capturar a soldados enviados por Corea del Norte para combatir contra el ejército ucranio en Rusia. El objetivo era refutar la propaganda del Kremlin que negaba la participación norcoreana en la guerra. El 8º Regimiento no solo consiguió pruebas de la presencia de las tropas de Kim Jong-un, también consiguieron en poco más de un mes una información clave sobre el nivel de los combatientes de la dictadura norcoreana.

EL PAÍS se reunió a principios de febrero en la provincia de Sumi con militares de tres brigadas ucranias que se han enfrentado a los soldados de Corea del Norte en Kursk. Esta región rusa limítrofe con Ucrania ha sido parcialmente invadida por las fuerzas de Kiev desde agosto de 2024. A partir del acuerdo de defensa mutua firmado aquel año por Kim y Vladímir Putin, Pyongyang ha destinado más de 11.000 soldados a Kursk desde octubre, que se suman a los cerca de 60.000 militares rusos destinados a liberar Kursk, según los datos de los servicios de inteligencia de los miembros de la OTAN y de Ucrania.

Los oficiales ucranios entrevistados corroboran las informaciones de los últimos días avanzadas por varias unidades militares: desde hace tres semanas no hay rastro de los norcoreanos en el frente. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, afirmó sin embargo el 7 de febrero que las tropas de Kim han retornado a primera línea. La 47° Brigada Mecanizada Ucrania publicó el 8 de febrero imágenes de combates de las últimas horas que confirmaría la información aportada por el presidente.

Zelenski indicó en enero que las tropas norcoreanas habían sufrido 4.000 bajas, entre fallecidos y heridos, en tan solo tres meses de combates. Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR) creen que todavía hay 8.000 soldados de Pyongyang en Rusia y que recibirán más entrenamiento para mejorar su rendimiento.

Los militares ucranios entrevistados coinciden en que los norcoreanos a los que se han enfrentado son soldados altamente preparados, muy por encima de la infantería regular rusa, por lo que posiblemente se trata de tropas de élite. Volodímir, miembro de las fuerzas especiales del 8º Regimiento, pone un ejemplo esclarecedor: según los estándares occidentales de evacuación de heridos, son cuatro los militares que deben coordinarse para retirar al caído del campo de batalla. “Los norcoreanos, en cambio, solo envían a uno de sus hombres a retirar a un herido, lo carga a hombros y ya está”, explica Volodímir. Sus compañeros añaden que la equipación que transporta y con la que combate el norcoreano es mucho más pesada que la infantería rusa, propia de los soldados de élite rusos.

“Son militares preparados, tienen un nivel que por lo menos necesita de medio año de instrucción para alcanzarse”, dice Andrii, el nombre de pila de un comandante de compañía de la 61ª Brigada Mecanizada. Este teniente añade que la edad media de los norcoreanos es muy inferior a la del ejército ruso y al ucranio, el más viejo del mundo. Andrii asegura que el norcoreano con más años que han identificado tenía 25 años. La edad media de la tropa de las Fuerzas Armadas Ucranias era en 2024 de 43 años.

“Disparan bien, se mueven bien, son combatientes competentes, pero los utilizan como carne de cañón”, afirma Andrii. A la misma conclusión llegan los otros militares ucranios consultados. El patrón táctico del enemigo asiático es el mismo, según corroboran los entrevistados de las fuerzas especiales, de la 61ª Brigada Mecanizada y de la 95ª Brigada de Asalto Aéreo: en grupos de ataque de no menos de un centenar de soldados, los norcoreanos atacan de frente un sector de posiciones, sin retroceder ni cambiar de sentido, ni siquiera cuando los está castigando la artillería. Y lo peor, según explican los oficiales ucranios, es que a duras penas cuentan con blindados ni apoyo de la artillería rusa. “Es teórica clásica militar soviética, avanzar a toda costa. Pero es un suicidio. Están más motivados ideológicamente pero no están preparados para esta guerra, ni la entienden tecnológicamente ni sus tácticas son las de una guerra moderna”, afirma Volodímir Nebir, portavoz de la 95ª Brigada.

La táctica rusa ha evolucionado hacia un sistema más conservador que el norcoreano. “Los rusos van a por una posición concreta apoyados por su artillería, intentándola conquistar con pequeños escuadrones y desde varios puntos, y luego la aseguran”, explica Nebir, “los rusos retroceden o cambian de zona si están bajo fuego; los norcoreanos, en cambio, avanzan sí o sí, hasta el último hombre”.

Andrii, el jefe de compañía de la 61ª Brigada, recalca el desapego por la vida que han observado en los norcoreanos, y confirma que han visto cuerpos de suicidas, muertos con sus propias granadas para evitar ser apresados, o jóvenes que se negaban a rendirse para ser finalmente abatidos. Los diarios de los combatientes muertos que han sido recuperados en el campo de batalla muestran a unos “puros fanáticos del régimen norcoreano”, indica Vladislav. Su nivel de motivación es mucho mayor porque siguen unos ideales que les llevan al sacrificio. En un diario obtenido por las fuerzas especiales, un militar norcoreano escribe que quiere verter su sangre por su patria para purgar errores que cometió en el pasado.

La unidad del 8º Regimiento que atendió a este diario mostró algunos de estos documentos, también cartillas militares que les presentan con falsas identidades de ciudadanos rusos. Nebir añade que se ha confirmado que algunos de los pasaportes corresponden a personas reales, pero a otras personas.

Problemas de comunicación

Entre las pertenencias de los norcoreanos se han encontrado esquemas dibujados con bolígrafo o pequeños mapas del sector en el que combaten dibujados a mano. El contraste con el soldado ucranio es enorme porque este opera con numerosos aparatos digitales. La unidad del 8º Regimiento muestra también un walkie-talkie tomado al enemigo: es el único instrumento de comunicación que tenía un pelotón entero, de 20 hombres. “Durante un combate podíamos oír al comandante de una compañía dando órdenes a gritos a sus hombres, mientras un ruso a su lado le daba instrucciones básicas en ruso”.

El ejército ucranio también señala los problemas de comunicación entre rusos y norcoreanos como un factor decisivo para su retirada en el frente. La tesis del teniente Andrii es que las tácticas de las tropas de Pyongyang son tan rudimentarias para evitar la complejidad de la cadena de órdenes entre el mando ruso y los norcoreanos, con intérpretes constantemente traduciendo órdenes.

Un interrogante es qué formación y qué apoyo han recibido los norcoreanos por parte de los rusos. La artillería del Kremlin no les ha asegurado los asaltos, tampoco utilizan blindados y en las primeras semanas, ni siquiera se escondían ante la presencia de drones bomba enemigos. Volodímir añade que también percibieron poca adaptación a las particularidades del terreno. Este militar ucranio subraya que las tropas norcoreanas aprendían a medida que pasaban los días. “Si reciben mejor formación, sobre todo con sus compañeros que ya tienen experiencia de combate, pueden ser rivales más peligrosos”, dice Volodímir.

“Recuerdo cuando de repente aparecieron 2.000 norcoreanos en nuestro sector, fue horrible”, explica con voz grave Andrii, todavía sintiendo el miedo de aquel momento. Su compañía daba por hecho que iban a sufrir unas jornadas de retrocesos y muchas bajas, pero sucedió algo inesperado: “Hubo un día que nos asaltaron 700 de ellos, de frente, sin más, gritando y disparando, sin apenas fuego de apoyo. Como mínimo murieron el 30%”.

Andrii ve paralelismos de su época destinado en 2023 al frente Bajmut y Soledar, cuando los mercenarios rusos del grupo Wagner eran desechados en asaltos suicidas. Ahora en Kursk es peor, afirma, porque los norcoreanos pueden ser incluso más y ellos, los ucranios, menos que hace dos años: si por entonces sus hombres pasaban una semana en las posiciones y luego rotaban, ahora están más de un mes en las trincheras porque no hay compañeros para relevarlos.