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La multinacional Marks & Spencer suspende la venta de transgénicos

Isabel Ferrer

El Gobierno de Tony Blair tuvo ayer otro día difícil en la ardua polémica que rodea a los alimentos transgénicos en el Reino Unido. Diversos miembros de su gabinete tuvieron que desmentir por la mañana las informaciones publicadas por el Daily Telegraph, que aseguraba que tres multinacionales biotecnológicas -Monsanto, Zeneca y Novartis- "habían cedido a las presiones del Gobierno" y habían acordado suspender durante tres años el lanzamiento de nuevos productos. Por la tarde, la prestigiosa firma Marks & Spencer anunciaba que, "debido a la presión de los clientes", había decidido eliminar de sus estanterías todos los productos que contuvieran ingredientes genéticamente modificados.El Gobierno en pleno dedicó la mañana a desmentir al Telegraph. El ministro de Agricultura, Nick Brown, condenó a los medios de comunicación "por contar historias de terror" sobre los alimentos transgénicos; Lord Saisnbury, experto del gabinete en temas de biotecnología, saludó con beneplácito la supuesta moratoria voluntaria; un portavoz de Medio Ambiente aseguró que "la situación no ha cambiado", y otro portavoz, esta vez de la oficina del primer ministro, negó la existencia de la supuestas "reuniones secretas".

"La postura de este Gobierno es que una comercialización a gran escala de los organismos genéticamente modificados no comenzará hasta que estemos seguros de que no afecta al medio ambiente", señaló el portavoz. "Sí hemos acordado con las empresas la realización de diversas pruebas en granjas, para comprobar realmente si son perjudiciales o no. Las pruebas de campo van a empezar dentro de dos semanas". En el Reino Unido rige actualmente una moratoria, hasta la primavera del año 2000, que impide el desarrollo de nuevas variedades transgénicas.

Temor social

El discurso tranquilizador de las autoridades no ha conseguido, sin embargo, frenar el temor social que se ha apoderado del Reino Unido en el último mes con respecto a los transgénicos. Mientras diversos restaurantes y tiendas han anunciado ya su intención de retirar alimentos modificados de sus menús y estanterías, ayer fue el turno de la cadena de tiendas Marks & Spencer. "Vamos a eliminar totalmente, y lo antes posible los alimentos de origen transgénico de nuestro catálogo", anunció un portavoz. Reconocemos que los productos modificados genéticamente tienen ventajas para los agricultores, pero hemos notado que son nuestros clientes los que están nerviosos por la velocidad con la que se han desarrollado".

En España, la ONG Amigos de la Tierra aprovechó el Día Mundial del Consumidor para alertar a los usuarios españoles sobre los alimentos modificados. "Los transgénicos pueden ser más baratos, pero también pueden afectar a la salud de las personas", señaló la organización.

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