Bonino acabó con las contrataciones irregulares de la oficina ECHO

La comisaria Emma Bonino no sólo no tiene ninguna responsabilidad en las irregularidades detectadas en la oficina humanitaria de la Comisión Europea (ECHO), sino que "tomó medidas" para que no se realizaran nuevas contrataciones antirreglamentarias. Bonino ha salido absolutamente limpia del examen del Comité de Sabios, hasta el punto de que éste ni siquiera hace mención de las investigaciones realizadas para esclarecer las exigencias de que la comisaria, además de por sus responsabilidades en ECHO, fuera examinada por favoritismo en la contratación de personal. Bonino fue el primer miembro de la Comisión que puso el grito en el cielo cuando la prensa empezó a divulgar las investigaciones en ECHO. Fue ella quien convenció a Manuel Marín para dar una primera explicación pública del asunto en septiembre. Y los sabios le han dado la razón al concluir que, aunque Marín toleró la presencia de submarinos, "la señora Bonino ha tomado medidas para asegurar que ese personal no sea empleado por ECHO tras el final del último contrato en junio de 1995".Los sabios exoneran también a la comisaria italiana de las acusaciones de obstruir las investigaciones de la UCLAF. Bien al contrario, lamentan que tanto Bonino como Marín no hayan sido informados de los trabajos de la unidad antifraude. "Consta en los informes de la UCLAF que el antiguo jefe de la unidad financiera afirma haber sido contactado directamente por la señora Bonino poco después de la misión en Yugoslavia

[donde la UCLAF investigó a ECHO]. Ésta le habría pedido que no hiciera nada sin consultarla previamente", señalan los sabios. "El informe de la UCLAF", continúan, "no contiene la otra interpretación de ese contacto (del que se conoce su veracidad), a saber, que se trata de la llamada al orden de un funcionario, invitado a respetar, en lugar de sortear, los procedimientos de la Comisión en materia de intercambios de correspondencia interna".